Juan Carlos siempre se decantó por Froilán y Victoria, pero su esposa guarda un vínculo especial que la menor de todos los nietos: Irene. Al parecer, la joven es "el ojito derecho" de doña Sofía y su unión viene de lejos. Cuando la Urdangarina tan solo era una niña, recibió el abrazo de su abuela en un momento especialmente complicado.
A los trece años, Irene fue testigo de la entrada en prisión de su padre. El hombre al que admiraba, el mismo que jugó con ella a las muñecas y la arropó en las noches de invierno, era juzgado y condenado ante todo un país. La pequeña soportó comentarios, burlas y señalamientos. Sus hermanos le sirvieron se apoyo, pero el dolor del corazón es individual.
Y ahí estuvo ella, la reina Sofía. Ella se encargó de arropar a aquella niña que, con toda probabilidad, no entendía nada por aquel entonces. Tan solo era una hija que vio cómo su padre abandonaba el hogar familiar para vivir entre rejas. No debió ser nada fácil, y para allanar ese camino estuvo su abuela.
Irene Urdangarin junto a su hermana Pablo en 'Fiesta'
Tal y como mencionan desde Monarquía Digital, "la reina Sofía y la hija de la infanta Cristina son inseparables". El proceso judicial al que se enfrentó su padre "contribuyó a que abuela y nieta se unieran" y, desde entonces, la actual novia de Juan Urquijo "es el ojito derecho de su abuela".
Fotos | Telecinco / Casa Real de España
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