La Pantoja ha dado el paso. Tras varios años sin cruzar palabra con su pequeño del alma, lo ha hecho por cuestiones económicas. Sí, económicas. Madre e hijo no están dispuesto a verse el domingo para comer paella en los jardines de Cantora, pero si se trata de dinero, la cosa cambia. Al parecer, la cantante quiere zanjar el único asunto que la mantiene unida a su hijo: la herencia.
Desde el interior de Cantora, Isabel medita la estrategia. Quiere quedarse con el 100% de la finca en la que vive, pero gran parte de ella pertenece a su hijo. En concreto, un 47,2% de la propiedad. El resto pertenece a la tonadillera, pero mientras comparta terreno con su heredero, sus movimientos están limitados.
Por ese motivo, Isabel quiere comprar la parte que pertenece a Kiko. Lejos de rechazar la oferta a la primera de cambio, el dj parece dispuesto a escuchar. No todos los días le ofrecen a uno dos millones de euros. Esa es la cantidad que Pantoja pone sobre la mesa. Un par de millones y la finca es suya.
"Eso sí, hay letra pequeña: Kiko debe hacerse cargo (en el porcentaje que le corresponda) de la hipoteca que arrastra la vivienda desde el 2002 y que ascendía, en aquel momento, a 2,7 millones...", detallan desde Informalia. Por el momento, Kiko ni confirma ni rechaza. Está pensando y su madre espera con ansia la respuesta.
"Él no quiere saber nada de la finca y tampoco de su madre. No hay intención por su parte de acercarse a ella. Le va bien en su trabajo pero dos millones de euros es mucho dinero y está dispuesto a negociar para dejarlo todo atrás", han contado en 'Y Ahora Sonsoles'.
Fotos | Telecinco / Antena 3
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