Aquellas historias que leímos en los cuentos de princesas nada tienen que ver con la realidad de Leonor. Ella no vivió en un torreón y tampoco tiene un mayordomo a su servicio. Es una joven inteligente, trabajadora y capaz. Cumple a rajatabla con sus obligaciones y, al parecer, pocos o ninguno son sus aires de grandeza. ¿El motivo? La educación que recibió por parte de madre.
Felipe se crió entre cortinas de seda y suelos de moqueta, pero su esposa nació entre el común de los mortales. Se crió en una familia al uso, compartió piso con estudiantes y salió de farra como cualquier universitario. Le tocó poner lavadoras, limpiar la casa, planchar o hacer los baños. Todo cambió con su mudanza a Zarzuela, pero lejos de educar a sus hijas en la máxima comodidad, se ha esforzado porque conociesen el panorama exterior.
Importante labor la de la reina en este sentido. Según la periodista Consuelo Font, Letizia siempre se ha preocupado porque sus hijas tuviesen la mejor educación. De ningún modo hubiera criado a dos niñas caprichosas, ajenas a la realidad social del país. Por ese motivo, "llevaba a Leonor a casa de sus amigas periodistas divorciadas para que conociera otras realidades".
"A Leonor le encantaba pasar la fregona cuando iba a estas casas", apuntaba Consuelo en Antena 3. Además, la reina quiso que su hija supiera lo que es viajar en transporte público. "Le pedía a su madre, Paloma Rocasolano, que llevara a las niñas con gorrito a pasear en un autobús de la EMT para que vieran ese otro lado de la realidad".
Letizia también se preocupó de que sus hijas jamás "llamaran a un timbre y se presentara un mayordomo". Es decir, quiso en todo momento que Leonor y Sofía vivieran como el resto de sus amigos del colegio. Aunque la heredera siempre fue consciente de la familia a la que pertenece, mantiene los pies en la tierra.
Fotos | Casa Real
En Trendencias | La verdadera vida de Froilán junto a Juan Carlos I en Abu Dabi
En Trendencias | Los coches que Juan Carlos I compró a hijos y nietos: ¿recibirá Leonor el suyo?