Letizia escoge estas joyas con un claro mensaje oculto para la fotografía realizada por Anne Leibovitz

Por fin, después de muchísimo tiempo esperando, ya tenemos las primeras imágenes de las fotografías que Annie Leibovitz he realizado a la reina Letizia y el rey Felipe VI. Expuestas en el Banco de España, las fotos han costado la friolera de 137.000 euros.

Para la ocasión, Letizia luce un vestido negro de dos piezas de Balenciaga, acompañado por una capa roja. El vestido proviene de la colección privada Fundación Antoni de Montpalau, de Cataluña. Letizia solicitó poder lucir el modelo y le fue otorgado.

Pero, para nosotras, lo más impactante son las joyas que luce la reina. Los pendientes y el collar de Chatones que, por sí mismos, cuentan una importantísima parte de la historia de España y de su realeza. Un detalle que nos hace pensar que no es casual que Letizia los eligiera para ser inmortalizada con ellos.

Tanto los pendientes, como el collar, pertenecieron a la reina Victoria Eugenia. Son joyas que han lucido tanto ella como la reina Sofía en anteriores ocasiones. En concreto, Letizia ha llevado el collar dos veces: en la entronación de Naruhito de Japón y durante la cena gala realizada por la visita del presidente de Italia a nuestro país.  El collar fue realizado antes que los pendientes, en el siglo XIX, por la Joyería Ansorena a petición del rey Alfonso XIII que quería regalárselo a su entonces prometida, Victoria Eugenia de Battenberg.

Cuenta con 30 diamantes de 90 quilates cada uno, montados en chatones y engastados en piezas de platino. Esta joya de la realeza española ha ido cambiando mucho con el tiempo. Alfonso XIII solía regalarle diamantes a la reina Victoria Eugenia en fechas señaladas, que fueron incorporándose al collar, hasta que llegó a medir tanto que se podía poner en dos vueltas y le llegaba a la cintura a la reina.

Posteriormente, Victoria Eugenia dividió el collar y el más largo se convirtió en una de las "joyas de pasar" que esta llevó consigo al exilio durante la II República. También lo hicieron los pendientes que se habían realizado a juego. Cuando falleció, estas joyas fueron a dar a Doña María, la madre del emérito rey Juan Carlos y, posteriormente, a la reina Sofía. Cuando Juan Carlos I abdicó, estas pasaron a la reina Letizia.

Son, claramente, una elección calculada para rendir homenaje tanto al linaje Borbón como a la propia reina Victoria Eugenia.

Fotos | Gtres

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