Hoy se cumplen veinte años del trágico fallecimiento de la princesa Diana de Gales en el túnel del Pont de l'Alma en París. Moría la «princesa del pueblo» y nacía el mito. Y, como a todos los mitos de la cultura popular, a Diana también la recordamos por algunos de sus atuendos más populares, más polémicos o que más ríos de tinta hicieron correr. Desde aquellas primeras transparencias de la chica tímida llamada a ser Reina de Inglaterra algún día al conocido como «vestido de la venganza». Estos son nuestros 50 momentos favoritos del estilo de Lady Di:
Las primeras transparencias de la polémica
Una jovencísima Diana posaba ante la prensa a las puertas de la guardería en la que trabajaba, tras descubrirse que estaba saliendo con el príncipe Carlos. Vestida con una sencilla camisa remangada, un chaleco de punto violeta y una falda estampada, no debería haber llamado demasiado la atención, pero un contraluz le jugó una mala pasada y su primera aparición en los medios fue luciendo transparencias.
Azul de pedida
Ya convertida en la prometida oficial del príncipe Carlos, Diana lució este traje azul en la presentación oficial de la pareja ante los medios. Sobrio, con falda midi, lazada al cuello y cinturón ceñido a la cintura, treinta años después vimos a la prometida de su hijo, Kate Middleton, también en su acto de presentación como prometida, repitiendo el color que había lucido Diana.
El vestido de novia de una generación
De ningún vestido de novia en la historia se ha hablado tanto como del que lució Diana el 29 de julio de 1981 en la catedral de St Paul. Valorado en 9.000 libras (de 1981), era una profusión de seda antigua con una cola de casi ocho metros. Todo lo contrario al minimalismo, desde luego. Diseñado por Elizabeth Emanuel, el vestido representó, mejor que ningún otro, toda la extravagancia que aún hoy asociamos a la década de los ochenta.
Primeras apariciones: a rayas
Diana tardó en encontrar su propio estilo. Quizá de forma paralela al tiempo que tardó en encontrar su personalidad dentro de una corte a la que llegó demasiado joven e inexperta. Este traje de rayas con sombrero a juego no es su atuendo más favorecedor, le echa años encima y se ceñía más a lo que se esperaba de una princesa heredera consorte que de una chica de veinte años.
O con cuello isabelino
Otra muestra del estilo de los primeros meses de Diana como princesa de Gales es este conjunto de chaqueta verde y camisa blanca con cuello isabelino. Algo mejor que el anterior outfit, pero lejos todavía de la Diana que conoceríamos años después.
Campestre
Diana no disfrutaba demasiado las estancias vacacionales en Balmoral (al menos a juzgar por su cara en estas fotos), pero adaptaba su look a la ocasión. En estas imágenes de 1981, podemos verla con jersey estampado de motivos campestres, pantalón de tiro alto y botas Wellington.
Convertida en mamá
Diana sale del hospital con su primogénito, el príncipe Guillermo, el mismo día que dio a luz, con un vestido de corte premamá, un gesto que también repetiría años después Kate Middleton. Verde, con topos blancos, cuello en uve y zapatos a juego.
Floral y fucsia
El bautizo del príncipe Guillermo fue una de las primeras ocasiones en que pudimos ver a Diana lucir con todo el chic que la acompañó en años posteriores. Siguiendo una tendencia muy 80s, eligió un estampado floral con el fucsia como tono predominante, con pamela a juego.
El chic de su segundo embarazo
Van transcurriendo los años y, en 1984, Diana vive un embarazo muy diferente al primero, al menos en cuanto a estilo. Aquí la vemos en la Royal Opera de Covent Garden, acompañada por Luciano Pavarotti, y vistiendo un precioso vestido de gala en color blanco con aplicaciones en pedrería.
Princesa de Gales... y de Escocia
Muchas veces, los actos institucionales marcaban la agenda estilística de Diana, como en esta ocasión, en que vistió una falda del tartán tradicional escocés para una visita al país junto a su esposo y los duques de York, en la que ambos príncipes lucieron también el kilt tradicional.
Empieza a nacer una estrella
En 1985, aparecieron los primeros indicios de que estaba naciendo una estrella. Uno de los momentos más espectaculares del estilismo de Diana fue la aparición en la première de una película de James Bond en Londres con este vestido de Bruce Oldfield de lamé plateado con el que estaba, simplemente, perfecta.
El blanco, su color
Si hubo un color que Diana defendió como ningún otro fue el blanco. Es difícil hacerse una imagen mental de ella en la que no aparezca luciendo este color, sea en forma de conjunto de blusa y falda junto a Nancy Reagan, en un vestido de gala con brocados o, quizá en su forma favorita, con unos simples pantalones de loneta y una camiseta de tirantes.
Los topos, su estampado
Y, si el blanco es el color con el que más fácil nos resulta recordarla, los topos fueron su estampado estrella (como el de casi todas en los ochenta, en realidad). Aquí la vemos luciéndolos en tonos rojos y azules sobre un vestido camisero blanco.
Aunque no decía que no a otros más arriesgados
Otra característica de los ochenta que nos fascina y nos horroriza a partes iguales son los estampados multicolor y un poco estrambóticos. Diana no se prodigó demasiado en ellos, pero sí pudimos encontrarla en alguna ocasión luciendo diseños más atrevidos, como este vestido en azules, fucsias, amarillos y verdes, durante un partido de polo del príncipe Carlos.
Con peto vaquero
En su papel favorito, el de madre, fue donde Diana se mostró siempre más casual en el vestir. Resultaba complicado en los años ochenta encontrarse a una princesa con un peto vaquero y una simple camiseta blanca, pero ella supo darle al look un punto de lo más estiloso.
Con corbata
Uno de los outfits más chic que recordamos de la princesa es este, en el que se enfundó un atuendo masculino, con americana negra, camisa blanca y una corbata con estampado de elefantes. Curiosamente, con esa indumentaria y el pelo corto... podía ser la mujer más femenina del mundo.
O con smoking
Y, rizando el rizo, también se dejó ver alguna vez con smoking. En concreto, en estas imágenes, combinado con chaleco verde y pajarita.
El baile más recordado
En noviembre de 1985, Diana conquistó al mundo con un maravilloso vestido azul noche de Victor Edelstein. El vestido era precioso y le sentaba de miedo, especialmente combinado con un collar imponente, pero no fue eso lo que acaparó las portadas, sino el baile que la princesa se marcó con John Travolta en plena cena de estado en la Casa Blanca. El mito de ese vestido ha llegado hasta la actualidad, hasta el punto de que, en 2013, un londinense pagó 240.000 libras en una subasta para regalárselo a su mujer.
La reina del traje de chaqueta
Traje de chaqueta y sombrero a juego es un uniforme bastante habitual en el guardarropa de una princesa, especialmente para los actos institucionales de día. Diana los lució como nadie, arriesgando con combinaciones como la de la imagen, en amarillo y azul petróleo, con los clásicos botones dorados de los ochenta y las hombreras marcadas.
Estilo sobre la nieve
Diana destacaba por su estilo tanto en los momentos más clásicos como en los desenfadados. En las ocasiones en que la vimos en la nieve, lució siempre estilismos deportivos muy ochenteros, como este en azul marino, fucsia y verde.
Lady in red
De nuevo Bruce Oldfield para llevar a las portadas de los medios de todo el mundo a la Diana más glamurosa. De rojo y lentejuelas apareció en un banquete de gala celebrado en el Claridge's en 1989.
Y lady in green
Y de nuevo el mismo diseñador para un vestido de estilo muy similar, esta vez en verde, aunque siempre haciendo brillar sus diseños sobre la piel de una princesa que podría ser, por sus outfits, una estrella de cine.
El Escada más polémico
Uno de los looks más criticados de Diana fue a su vez uno de los más espectaculares. En 1987, Diana visitó Berlín ataviada con un traje de Escada en amarillo y negro, con diseño geométrico y un original tocado. Ningún medio de moda fue indiferente a su estilismo: encantó y horrorizó a partes iguales.
Una princesa en bikini
Aún no es del todo habitual encontrarnos en las revistas las fotos de una princesa en bikini hoy en día, así que mucho menos lo era en los años ochenta. Los príncipes de Gales fueron invitados por los reyes de España en cuatro ocasiones a pasar el verano en Marivent, a finales de la década, y en una de esas ocasiones pudimos ver a Diana luciendo un bikini palabra de honor en tonos coral.
Amarillo para la buena suerte
En otra de las visitas a Mallorca, Diana eligió un total look en color amarillo, con cinturón y zapatos en dorado. Un conjunto veraniego con el que recorrió la isla de la mano de sus hijos dejando algunas imágenes para la posteridad.
El verde más sobrio
De nuevo en España, vemos a Diana con un outfit mucho más formal, con vestido largo en color verde con detalles en blanco y sombrero a juego. Hoy nos extraña recordarla con un conjunto que le añadía años y que no se encuentra entre sus estilismos más favorecedores.
Elvis Dress
En 1989, llegó otro de los momentos más recordados del estilo de Diana. El llamado Elvis dress sí fue uno de sus outfits más favorecedores. Diseñado por Catherine Walker, se trata de un vestido largo de gala en color blanco con incrustaciones de perlas en el que destaca un bolero de cuello alto inspirado por los cuellos isabelinos. Con él, Diana estaba, simplemente, de diez.
Sport a la americana
Cuando las cosas empezaron a torcerse en su vida personal, Diana encontró un desahogo en el deporte. La vimos en innumerables ocasiones vestida con ropa sport (inolvidables aquellas imágenes robadas en el gimnasio). Y, muchas de sus prendas, tenían un aire muy USA, como esta sudadera plagada de barras y estrellas.
Una princesa en chándal
Tampoco fue inusual verla en chándal, por muy extraña que esa imagen pueda parecernos en una princesa, especialmente en la corte más regia de Europa. Aquí la encontramos con un modelo en negro y amarillo.
Rosa pastel de gala
Para una première de la ópera La Boheme en Londres, Diana eligió este vestido largo en color rosa palo con falda plisada y cuerpo ceñido hasta la cadera, con incrustaciones horizontales en pedrería.
Color block
La tendencia color block aparece y desaparece por temporadas, pero Diana fue una de las pioneras en convertirlo en una lección de estilo. Combinando rosa y rojo, en un modelo cruzado con grandes botones dorados y pamela en los mismos tonos, diseñado por Catherine Walker, Diana deslumbró en una visita a Kuwait en 1989.
Una bómber para sus imágenes más divertidas
Si pensamos en unas imágenes de Diana feliz y pletórica, seguro que nos vienen a la cabeza las fotos de una princesa desenfadada, disfrutando junto a sus hijos de una jornada en un parque acuático. El estilismo era lo de menos, pero Diana pasó al recuerdo con una bómber negra que no le importó empapar en pos de la diversión.
La falda lápiz perfecta
Lección: cómo lucir una falda lápiz perfecta. Maestra: Diana de Gales. Calificación: un diez rotundo. Con este modelo en blanco, con cinturón negro y combinada con blusa a cuadros en los mismos tonos, Diana estaba impecable.
De rojo y negro
Otro modelo de gala, esta vez para acudir a un concierto en el Royal Albert Hall, en el que Diana combinó una falda roja con un largo algo difícil de defender con un top sin mangas en negro y clutch en el mismo tono.
O de celeste y blanco
Aunque no es el outfit con el que más favorecida la encontramos, Diana no dudó en lucir un vestido que combinaba falda de seda en azul celeste con cuerpo en brocado blanco y, de nuevo, sin mangas.
Descalza y con velo
En 1991, pudimos ver una imagen de Diana no demasiado habitual. Durante una visita a Pakistán, la encontramos visitando una mezquita ataviada con un velo blanco (aunque no llegaba a cubrir su pelo por completo) y descalza. Todo ello, combinado con un traje en color verde agua.
En su papel favorito, el de madre
El matrimonio de los príncipes de Gales ya hacía aguas cuando su primogénito Guillermo entró a estudiar en Eton. Para acompañarlo hasta allí, junto a su marido y su hijo menor, Diana eligió un sencillo vestido negro combinado con americana larga azul.
Los vaqueros más royal
Quizá la denominación de mom jeans le deba algo a Lady Di, pues fue en sus momentos con sus hijos cuando más habitual era verla con pantalones vaqueros y camisetas sencillas, especialmente cuando la situación personal de la pareja real se complicó tanto que era ya complicado ver a Diana sonreír en público.
Fucsia, en cualquier estilo
Si tuviéramos que definir los años ochenta con un solo color, quizá sería el fucsia. Diana lo lució como nadie, en diferentes estilos. En sus primeros años como princesa, en modelos como este traje con cuello de aire marinero; más adelante, en trajes de chaqueta más sofisticados, como el que lució en 1993, ya separada de Carlos, durante una ceremonia en el castillo de Windsor.
Estilo colonial
Tras su separación, Diana redobló sus tareas humanitarias. Y, aunque en sus viajes a África lo de menos eran los estilismos, ella utilizó un estilo colonial, con colores neutros y primando la comodidad que le permitiera ayudar en primera línea.
O urban chic
Tras su separación, una nueva Diana salió a la luz. Una que sacó de su guardarropa un estilo más urbano y chic del que nos tenía acostumbrados. En estas imágenes, la vemos con una falda negra y una camisa blanca, con un estilo más Carolina Herrera casi que la propia Carolina Herrera.
El negro que nunca falla
El negro fue uno de los colores favoritos de Diana para los eventos de gala. En esta ocasión, la vemos con un total look luciendo un vestido largo bastante sexy, sin mangas y a juego con los complementos.
Su atuendo más solidario
El gran compromiso humanitario de Diana en los últimos años de su vida fue con la eliminación de las minas antipersona. Seguro que, si pudiera elegir un atuendo con el que ser recordada, sería con los trajes de protección que utilizaba cuando viajaba a los países en conflicto para visibilizar una lacra que acababa cada año con la vida de cientos de personas.
Estilo hasta en sus peores días
Los primeros años de la década de los 90 fueron los peores de la vida de Diana. Con su separación ya confirmada y todos los detalles de su vida íntima y la infidelidad de su marido en portada de todos los tabloides, Diana tuvo que obligarse a sonreír en muchos actos públicos. Lo hizo sin perder su estilo, como en este acto al que acudió con un traje de chaqueta en color azul claro, con llamativos vivos de diseño geométrico en color oscuro.
El vestido de la venganza
Ser princesa tiene sus peajes. Uno de los más horribles que pagó Diana fue tener que acudir a una fiesta de verano en la Serpentine de Londres el mismo día en que su marido confesó públicamente su romance extramatrimonial con Camilla Parker-Bowles, en el verano de 1994. Pero Diana renació ese día, presentándose en el evento con el little black dress perfecto, que sería inmediatamente bautizado por la prensa como «el vestido de la venganza». Un modelo diseñado por Christina Stambolian que ha pasado a la historia de la moda y que fue subastado hace poco por 74.000 libras.
Una princesa de cine
Con su separación nació una estrella. El Reino Unido tardó poco tiempo en caer rendido a los pies de Diana, la figura rebelde de Buckingham Palace, y la familia real vivió sus horas más bajas en cuanto a popularidad. Con ese ambiente de fondo, Diana se presentó en el Festival de Cine de Venecia de 1995 como una auténtica estrella de cine, con un vestido corto en color rojo, diseñado por Jacques Azagury, considerado por los expertos en moda como una afirmación de su recién adquirida libertad para elegir diseñadores, sin la presión de tener que recurrir solo a los británicos que tenía antes de su divorcio.
El LWD definitivo, by Versace
El verano de 1997 fue el que se llevó a Diana y a Gianni Versace. Dos muertes que hicieron correr ríos de tinta, mucho más recordando las imágenes de la princesa despidiendo al diseñador pocos días antes de su propio fallecimiento. La amistad entre ambos nos trajo grandes momentos estilísticos, entre los que destaca el little white dress que lució Lady Di en un concierto de solidaridad con los niños de Bosnia en Milán en 1995. Era ya la época en que Diana ocupaba los primeros puestos en las listas de mujeres más elegantes, convertida en la socialitè por excelencia de la década.
El último verano
Hoy nos estremece recordar estas imágenes de Diana, en bañador, durante el verano de 1997. Y nos estremecen porque son las últimas que recordamos de ella, cuando vivía su relación con Dodi Al-Fayed con cierta dosis de libertad, aunque siempre en el punto de mira de la prensa. Difícil era entonces imaginar que, veinte años después, solo nos quedaría de ella su recuerdo.
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