Con permiso de la duquesa de Sussex y el príncipe Harry, las bodas de la italiana Chiara Ferragni con el rapero Fedez y Marta Ortega con Carlos Torretta son los enlaces ajenos a la realeza que están llamados a convertirse en los bodorrios del año. Dos nupcias que, a pesar de haber tenido duración de boda gitana y haber contado con todo el lujo de las mejores marcas no podrían ser, en realidad, más diferentes. Mientras que la última podría describirse como una boda de burgueses para burgueses, la primera fue un ostentoso sueño de nuevos ricos que nunca imaginaron poder hacer mascotas gigantes de sí mismos para entretener a sus invitados.
A continuación, cinco puntos clave que analizan en tono de humor las principales diferencias de estas dos bodas que tus primas y amigas intentarán copiar en 2019.
Regalos de bienvenida: ¿cosméticos o patatas fritas?
También “welcome packs” si queremos sentirnos más influencers y fantasear un rato con que nuestros blogs nos van a convertir algún día la cuenta bancaria en la de Chiara Ferragni.
Por su lado, Marta y Carlos quisieron recibir a sus invitados en los hoteles donde se hospedaban con una tarjeta muy personal invitándolos a descubrir A Coruña mediante un listado de sus lugares favoritos. Algo muy útil teniendo en cuenta el nivel de los invitados a la boda. Prevenir es curar y nadie quería que a Gwyneth Paltrow la pudieran timar en un restaurante para guiris del centro con una paella congelada.
Por supuesto, eso no era todo, que las cartulinas de buen gramaje acaban saliendo caras en una boda común y corriente pero no en la de la heredera de uno de los hombres más ricos del mundo. Así que otro de los presentes fue un estuche de cuero con un pintalabios y un recargable de La Bouche Rouge Paris. Y por si eras de las que no te gusta pintarte los labios porque te tocas mucho la cara y acabas con el carmín corrido hasta por la frente sin que nadie se atreva de decirte nada, los novios también tenían un detalle para ti: un bolsito en color crudo con sus iniciales.
En lo que respecta a Chiara y Fedez, ellos optaron por obsequiar a los suyos con un regalo unisex: un pack de patatas Pringles personalizadas, agua y caramelos. ¿Que es menos glamouroso? Sí... Pero, ¿que es ideal para volver a la habitación después de haber amortizado bien la barra libre? Pues también.
Hashtags: ¿Elegirlo tú o que le roben las stories a tus invitados vip?
Chiara, como no podía a ser de otra forma para alguien que se lo debe todo en su carrera a internet, tuvo su propio hashtag para su boda con Fedez: #TheFerragnez. Algo que, en realidad, está ahora muy de moda entre la juventud insensata que decide casarse. Sin embargo el suyo sonaba a sitcom de los 90 o a reality de la MTV. ¿Será ese el nombre del documental basado en su boda y las fashion weeks que están grabando?
En lo que concierne a Marta y Carlos no se tiene constancia de que usaran ningún hashtag. Recordemos que internet es una herramienta de pobres y ella es rica desde la cuna. No necesita de Instagram ni de YouTube para librarse de un trabajo precario. De hecho, el impacto que la boda de Chiara tuvo en RRSS superó los 36 millones y se pagó en gran parte gracias a esa publicidad. No obstante, en la boda de Marta y Carlos, lo que se ha viralizado es un vídeo con las stories del diseñador Pierpaolo Piccioli con algunos detalles del evento que está corriendo como la pólvora por grupos de whatsapp de amigas.
Música: ¿Quedarte sentada o saltar como una loca?
Marta y Carlos montaron un pequeño y sofisticado festival en el que actuaron Norah Jones, Jamie Cullum y Chris Martin, que tocó su éxito Yellow en sustitución del tradicional primer vals que bailan los novios.
En el extremo opuesto, todavía se recuerda el fiestón que montaron Chiara y Fedez en una de las múltiples fiestas de su boda en la que sonaron todos los temazos que esperas cantar a pleno pulmón con la botella de cerveza haciendo de micrófono. Spice Girls, Madonna, Drake, Whitney Houston, Camila Cabello... Vale que no actuaron en directo pero para algo se inventó en su día el fonógrafo. Para bailar agarrados, los novios escogieron otro clásico moderno como es Beautiful de Christina Aguilera.
Vestidos: Dior o Valentino, ¿tú de quién eres?
Podríamos hablar del tema como si de un partido del mundial se tratara. España contra Italia. El país del marrón, el beige y el caqui para pasar desapercibida contra el punto hortera italiano del más es más. Aunque ambas novias lucieron distintos trajes a lo largo de su boda y fiestas previas, nos bastaría con comparar el principal para haberlo hecho también con todos los demás.
A pesar de que el diseño de Pierpaolo Piccioli para Valentino es una belleza, si a Marta no le hiciera falta seguro que alguien se habría acercado a comentarle que el dos piezas que había elegido era perfecto porque lo iba a poder reutilizar haciéndole algún apaño. Por el contrario, Chiara quiso dejar bien claro que ese día era la novia y lo hizo con un Dior blanco de falda bien pomposa.
El convite: ¿Ravioli o manitas de cerdo?
Los menús estuvieron muy marcados por la gastronomía local. No hace falta especificar en cuál de los enlaces se sirvieron raviolis y en cuál manitas de cerdo. Aunque el auténtico duelo estuvo en la tarta. Mientras que Marta y Carlos decidieron epatar a sus invitados contratando a Cédric Grolet, un famoso pastelero belga, para que les hiciera un pastel de proporciones bíblicas (aunque la boda hubiera sido civil).
Chiara y Fedez optaron por el impacto visual con una performance en la que la tarta apareció colgando de una especie de columpio en homenaje al vestido de Chiara mientras sonaba de fondo El ciclo de la vida de la película El rey león... ¿Hace falta añadir algo más?
Ahora, teniendo todo esto en cuenta, ¿por qué boda te decantas? ¿Renunciarías a Chris Martin cantándote en persona por poder saltar con el Wannabe? ¿Te conformarías con David Bastianoni pudiendo ser fotografiada por Peter Lindbergh?
Soñar es gratis...
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