Domingo 7 de julio. La ciudad de Pamplona repleta de gente con pañuelo rojo y camisa blanca. Calles a rebosar, bares preparados para su semana de mayor facturación y turistas dispuestos a gastar sin límite. La fiesta de San Fermín es la más esperada del año para muchos, pero no la única. Hubo otro evento mágico en Madrid que aglutinó a cientos de personas: el concierto de Luis Miguel.
No eran pocos los que esperaban la llegada del cantante como agua de mayo. Luis Miguel se estrenaba en la capital el día 6 de julio y repitió show un día después. "Lleno absoluto, público entregado, efecto de luces y colores para levantar a los espectadores que se dejaron las gargantas arropando al cantante...", cuenta Beatriz Cortázar, situada entre las primeras filas.
La periodista, invitada por Paloma Cuevas, hace una crónica interesante para Informalia. Describe a un Luis Miguel pletórico, inigualable. Alaba su voz, el repertorio, los músicos y hasta el recinto, cuya acústica ha sido puesta en duda por otros asistentes. Laura Caballero, la afamada guionista de distintas series de televisión, no dudó en comentarlo a través de Instagram.
Para Cortázar, en cambio, todo fue fabuloso. Dice que Luis Miguel "está guapo, y más cuidado que en años anteriores, y es que tiene lo que ya se conoce como el 'efecto paloma' que debería hasta patentarlo. Delgado, ágil, sonriente, cariñoso y feliz...", relata. Es decir, Beatriz señala a su amiga Cuevas como principal responsable de la mejoría del cantante.
"En primera fila, su familia de sangre. Su hija Michelle, con su marido; su hermano Alejandro con su mujer, su sobrino. También su familia de Amor. Las niñas de Paloma Cuevas, el matrimonio formado por Raúl González y Mamen Sanz, con sus padres y algunos de sus hijos...", cuenta la periodista, que apoya su información con un vídeo grabado por ella misma.
Como dato curioso, destaca la posición de Paloma en el concierto. Ella no pisa la grada y tampoco la zona vip. No se deja ver porque "entiende que el protagonismo debe ser solo para el artista". Siempre disfruta el show desde el backstage "como toda la vida ha hecho Natalia Figueroa cuando acompañaba a Raphael en sus giras". Cuando terminó el concierto, el artista y su novia abandonaron el recinto en un mismo coche y saludaron a las masas.
"Luis Miguel de negro, entero, y Paloma de blanco radiante. No era una boda, pero sí la consagración de que esta unión ha conseguido sacar la mejor versión de un Luis Miguel...", concluye Cortázar.
Fotos | Instagram @beatrizcortazar / 'Y ahora Sonsoles'
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