Iñaki y Cristina ya son solteros a ojos de la ley. El matrimonio está oficialmente roto. Sa ha hecho esperar el momento, pero ha llegado en este mes de enero. La infanta y el hombre con el que compartió tantos años de su vida ya no forman parte de un mismo equipo. Son libres como el viento. Ella vuela entre Ginegra, Madrid y Barcelona. Él, en este momento, comparte nido con su nuevo amor.
Lo avanzó la infanta Elena en una charla privada durante algún evento al que asistió en los último meses. Entre amigos, hizo público que su hermana firmaría su separación oficial a comienzos de 2024, y así ha sido. La revista del saludo confirma el divorcio y da detalles sobre las condiciones del mismo: no hay pensión millonaria.
Se habló largo y tendido sobre el dineral que Urdangarin podría sacarle a la hija de don Juan Carlos a cambio de silencio, pero nada oficial ha trascendido al respecto. Al parecer, no hay pensión, pago, ni transacción alguna. Tan solo han llegado a un acuerdo para financiar los gastos de los cuatro hijos que tienen en común.
Dicho esto, es posible que Cristina destine una mayor cantidad de dinero a sus hijos. Es ella la que percibe un gran salario y cabría pensar que su contribución fuera mayor. Sea como fuere, a Iñaki tampoco le va mal. A pesar de que no disfruta de una economía boyante, tiene trabajo y acaba de alquilar un piso con Ainhoa Amentia. Ahora viven juntos en la misma urbanización en la que reside Claire Liebarert, madre del ya divorciado Urdangarin.
Fotos | Gtres
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