En agosto se cumplieron cuatro años desde que Juan Carlos I se mudara definitivamente a Abu Dabi. Un cambio de aires que NO entusiasmó al soberano. Es más, Pilar Eyre, experta en realeza, afirmó que éste sentía miedo por el hecho de regresar al país en el que una vez reinó por si le tiraban tomates a su llegada.
Con el tiempo, el abuelo de la princesa Leonor logró acostumbrarse a su nuevo hogar. Y para no hacerlo. Me refiero a que el emérito vive en un 'Todo incluido' constante al otro lado del charco: "Lo tiene todo pagado y en todas partes. El Hotel Four Seasons de Ginebra, por ejemplo, uno de los hoteles más caros del mundo, es gratis para él y toda su familia porque es propiedad del príncipe saudí Al-Walid bin Talal, íntimo suyo", aseguraba Eyre en su blog de 'Lecturas'.
Eso sí, Juan Carlos vuelve a España siempre que se le antoja. Y es que suele estar presente en los cumpleaños de sus nietos o en eventos como la boda de José Luis Martínez Almeida. De hecho, las regatas de Sanxenxo es el acto que el rey NUNCA se pierde. Fue ahí donde, en el pasado marzo, vivió una anécdota bastante curiosa con un perrito. Atenta/o, que te la cuento.
A su llegada al Club Náutico y previamente a subirse a su adorado 'Bribón', el monarca hablaba con los miembros de la tripulación cuando la mascota de una mujer comenzó a lamerle la cara al royal. Hecho por el que Juan Carlos se mostró encantado con el perro y hasta jugó con él.
Foto | Casa Real
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