Cuarenta y cinco minutos han bastado, aunque diversos medios apuntan que solo media horita, para que el príncipe Harry se ponga al día con Carlos III tras nueve meses de su última visita a Londres. Recordemos que el monarca hizo llamar a su benjamín, quien reside en Montecito (California) junto a Meghan Markle y sus hijos, tras conocer su diagnóstico de cáncer.
Padre e hijo se han reencontrado, sí, pero con los hermanos ha ocurrido justo lo contrario. Me refiero a que ambos royals tienen cero unidades de intenciones de coincidir en la misma habitación. Desde que Harry publicara su libro biográfico, la relación de éste con el príncipe Guillermo es prácticamente inexiste, pero se esperaba que establecieran un punto de inflexión y unión para apoyarse el uno al otro en la enfermedad de su progenitor.
Recordemos que el heredero al trono ha asumido las funciones de Carlos III mientras se recupera, siendo él uno de los cinco que conforman los consejeros de Estado que remplazarían al rey con motivo de su ausencia. De hecho, los tabloides británicos apuntan a que este sería uno de los motivos por los que Guillermo evitaría cruzarse con su hermano, para así no ensuciar con rumores o fake news su nuevo compromiso con la corona, con una imagen de los hijos de Lady Di juntos.
Guillermo tiene varios frentes abiertos a los que NO desea perjudicar por un cara a cara público con Harry. Uno de ellos es, sin lugar a dudas, la cirugía abdominal a la que Kate Middleton se sometió hace dos semanas y por la que permanece guardando reposo en casa, siendo el marido de la duquesa de Cambridge su máximo apoyo en el proceso de recuperación que le espera.
Fotos | Gtres
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