Los días de llanto y desconsuelo han quedado atrás. La infanta Cristina ha conseguido sobreponerse a la infidelidad de su ex marido y se siente una mujer nueva. Está feliz, radiante y segura de sí misma. Ha encontrado su paz mental y sentimental. Disfruta su soltería y la verdad sea dicha: la hermana de Felipe VI puede permitirse los caprichos que desee.
Que sí, que el dinero no da la felicidad, pero un paseo en yate por aguas color turquesa alegra la vida de cualquier. La infanta no está a bordo de ningún barco de lujo, pero tiene una vida acomodada. Viaja a Barcelona de manera habitual, visita a su padre en Abu Dabi y mantiene su piso de Ginebra sin temor a la factura de la luz.
Al parecer, doña Cristina vive en una de las zonas más cotizadas de la ciudad de Ginebra. En pleno centro, rodeado de zonas verdes y entre calles empedradas, se encuentra el piso de soltera de la infanta. Hasta hace unos meses vivía allí con su hija Irene, pero la joven se ha instalado en Zarzuela junto a doña Sofía durante el verano.
Es decir, la hija del emérito tiene el piso a su entera (y soltera) disposición. Es posible que le sobren habitaciones, pero nada importa si a final de mes puede pagar el alquiler. Y tanto que puede. "Paga entre 3.000 y 4.000 euros mensuales, atendiendo a los precios de las espectaculares villas que hay por la zona", explican desde Informalia.
Infanta Cristina e Irene Urdangarin
Desde la fundación Aga Khan, su centro de trabajo, la infanta embolsaría hasta 400.000 euros anuales. "El día de mañana será una mujer rica y continuará haciéndose cargo de sus hijos con su sueldo, como hasta ahora", comenta Pilar Eyre en la revista Lecturas.
Desde Monarquía Confidencial, certifican que "la infanta Cristina es una persona nueva, feliz y está radiante". Confiesan fuentes cercanas a su entorno que "ha decidido apostar por su trabajo en una ciudad que ahora considera hogar", a pesar de estar lejos de su familia.
Fotos | Lecturas / Antena 3
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