Ana González, más conocida como Ana Locking presentó un desfile atrevido en la segunda edición de la Pasarela Cibeles, y yo diría que el más atrevido de todos los que hemos visto hasta ahora. Su colección Arc d'Hysterie, inspirada en la teoría del analista Alexis Tzonis, se basa en una moda para triunfar sin complejos y disfrutar del éxito, pasando de la sobriedad a la sensualidad con toques rompedores.
Ana Locking basa su línea para la mujer en el bustier, logrando así acentuar su silueta sin llegar a ceñirla totalmente. ¿Lo mejor? Los preciosos y elegantes vestidos cortos de satén de un sólo color, muy elegantes, algunos con tules y volantes superpuestos, y la mayoría de cortes asimétricos.
De lo más destacado son sus gasas trasparentes, que otorgan el máximo rendimiento a los volúmenes y producen efectos ópticos en el juego de los colores, en gris, rosa palo, el azul tinta y el verde lima, inspirados en el trabajo de Thierry Mugler.
Para la la noche Ana propone un look años cincuenta. Vestidos entallados negros, cuyo largo no pasa de la rodilla, con fruncidos, volantes y mangas farol en negro. ¡Espectaculares!
La sobriedad se convierte en sensualidad y atrevimiento con la ayuda de las gasas que dan paso a elengantísimos vestidos túnica en color blanco. Las formas se amplían, las faldas se alargan y los cinturones con brillos destacan todavía más si cabe en el conjunto.
Como complemento, apuesta por los bolsos cartera en color gris y negro. La pedrería en los cinturones, normalmente ajustados al cuerpo por debajo del pecho, también es esencial. El toque más atrevido se lleva en los pies, pues la creadora completa todas sus diseños con zapatos peep toe de taconazo atados al tobillo.
Para el hombre propone una colección atrevida sin perder el toque de distinción. Trajes de chaqueta en colores gris perla y negro, con tímidos cuadros en algunos casos, cuyos pantalones son short o piratas. Estos no me gustan nada. Por debajo, camisas con chorreras que se alargan progresivamente hasta la rodilla, todo acompañado con unas rompedoras sandalias de dedo o con zapatos.