Mi jornada comenzó con unos renovados Victorio & Lucchino. Mi compañera Colino ha hecho una fantástica revisión de la colección, pero no quiero dejar de comentar mis impresiones desde la tercera fila, especialmente reservada a los bloggers (muchísimas gracias por pensar en nosotros), ya que la colección me ha encantado y me ha sorprendido muy gratamente.
Aires alegres y juveniles, colores vivos y mezclas de estampados de lunares, rayas y cuadros para crear vestidos y chaquetas inolvidables. Muy modernos y al tanto de las últimas tendencias, los sevillanos hicieron desfilar amplias mangas abullonadas en los hombros, cinturas marcadas y cómodos pantalones harem de satén.
En los vestidos de noche las formas se vuelven más sencillas, con telas lisas y con gran caída que marcan la silueta femenina. Victorio & Lucchino saben como favorecer nuestras formas. Muchísimo naranja para resaltar el bronceado veraniego.
Después llegó el turno de Juanjo Oliva, el cual, cosa rara en él, se adentra en el mundo de los estampados, con unos sorprendentes dibujos geométricos propios de las tribus africanas. Me encantaron las cortísimas faldas con forma tulipa del inicio del desfile.
Atención al complicado trabajo realizado con las telas rígidas que se doblan sobre sí como en el arte de la papiroflexia.
Para la noche, los vestidos retomaron los habituales colores lisos y los cortes y siluetas que recuerdan a Halston.
El desfile de Angel Schlesser estuvo marcado por las líneas clásicas, los colores blanco y negro, y las telas ligeras como el satén y la gasa que hacían parecer a las modelos auténticas ninfas.
Amaya Arzuaga elige colores como el blanco nuclear, el negro, el gris perla, y el fucsia neón para crear vestidos de enormes volúmenes. La técnica del origami y los plisados crean caprichosas formas en vestidos escultura. Por cierto, ¡enhorabuena a la diseñadora que hoy se ha casado!.
Devota & Lomba se inspira en la naturaleza para crear una colección dominada por el verde, en la que destacaron los dibujos de hexágonos, los detalles bicolores, y de nuevo, las dobleces y pliegues propias de la papiroflexia (parece que ha sido la idea estrella de la temporada).
Lo mejor, los vestidos de corte asimétrico.
Fotos | Elle