Los diseñadores sevillanos Victorio&Lucchino esta vez no me han encantado. Sus diseños, sí, originales, algunos con volantes como detalle haciendo referencia a su inolvidable Sevilla, pero en general sosos. Un desfile que me ha parecido especialmente corto, y en el que me ha distraído la presencia de varios invitados vip: Carmen Martínez-Bordiú, la Duquesa de Alba, Francisco Rivera y su nopvia, a cuya llegada se ha armado un revuelo considerable, María Teresa Campos o el periodista Jesús Mariñas.
En esta colección han destacado los volúmenes y los diseños arquitectónicos tallados en sedas. Y las mezclas de estructuras y fantasías, puntos mezclados con cuadros, terciopelos con palletes y sedas lavadas, gasas bambula, satén y tejidos gruesos como el bouclé.
Para el día, los drapeados participan también en este juego volumétrico de una forma constante. Toda una superposición de tejidos y texturas que convirtien a esta colección en original.
La gama cromática va desde colores neutros como el vainilla, maquillaje, gris plomo, como base sofisticada de color, que contrasta con colores más vivos como el frambuesa que da una pincelada fuerte a esta paleta.Y por supuesto, algo de negro, mostrado al principio del desfile.
Para la noche, los diseñadores apuestan por un look muy romántico, con vestidos largos con escote palabra de honor y faldas plisadas, abullonados, adornos de cintas de terciopelo. Y todo en tonos dorados, cobres, platas y rosas.
La estrella del desfile y de esta edición, el modelo Jon Kortajarena, presente en casi todos los desfiles. Y la encargada de abrir y cerrar el desfile fue la top Iris Strubegger.