El Festival de Venecia ha duplicado este año la presencia de directoras en el concurso por el León de Oro: ha pasado de una a dos entre las veintiuna películas que hay en competición. Un ligero incremento que se ha producido tras dos ediciones con una sola cineasta en el concurso.
Se trata de la saudí Haifaa Al-Mansour con su película The Perfect Candidate, y de la australiana Shannon Murphy con Babyteeth. Dos producciones que varios colectivos feministas, como la Red Audiovisual de Mujeres de Suiza, han considerado una representación femenina insuficiente en un momento en el que otros festivales están apostando por la inclusión.
De hecho, Los principales certámenes de cine del mundo, incluido el de Venecia, firmaron el año pasado un manifiesto con el que se comprometieron a compartir más información y a ser transparentes con su proceso de selección. Algo tras lo que Cannes eligió a cuatro directoras para competir por la Palma de Oro, siete cineastas fueron seleccionadas para la Berlinale y el Festival de cine de Toronto se cerró con un 35% de películas realizadas por mujeres.
Melissa Silverstein, directora del Festival de cine de Atenas y fundadora de la web Women and Hollywood, dedicada a luchar por la diversidad y la inclusión en la industria, es una de las caras visibles que más crítica está siendo con La Mostra. A través de su cuenta de Twitter no solo ha denunciado esta situación sino el hecho de que, además, Roman Polanski opte al León de Oro con El oficial y el espía.
La queja se debe a que en 1977, el director fue acusado de haber violado a Samantha Geimer cuando ella tenía 13 años y él 43. Polanski se declaró culpable de corrupción de menores pero evitó ingresar a prisión huyendo de Estados Unidos, donde se encuentra en busca y captura. Una situación le impedirá pisar el Festival de Venecia para evitar la extradición.
Aún así, la directora argentina Lucrecia Martel, presidenta del jurado, ya ha anunciado que no asistirá a la gala en la que se proyectará la película de Roman Polanski. Será mañana viernes y lo hará en solidaridad con las víctimas de acoso.
En la rueda de prensa inaugural del certamen, Martel lo ha argumentado así: "No voy a asistir a la gala de Polanski porque represento a muchas mujeres que estamos luchando en Argentina por cuestiones como esta, no deseo ponerme de pie y aplaudir".
Por otro lado, la directora ha manifestado no considerar desacertado que la película del cineasta polaco-francés esté programada en el festival:
"No separo la obra del hombre, pero creo que su obra merece una oportunidad por las reflexiones que plantea [...] Son conversaciones pendientes de nuestro tiempo, sacar o meter a Polanski nos obliga a conversar, no es algo sencillo de resolver".
Jury head Lucretia Martel at the press conference @venicefilmfest
— Melissa Silverstein (@melsil) August 28, 2019
"Quotas are pertinent for the time being. Do I like them? No. But I don’t think I know of any other system that would force this industry to think differently and take into consideration films directed by women.”
Con todo ello, también contó que le resultó difícil tomar la decisión sobre su participación en el jurado. Algo para lo que fue determinante la posición de la víctima, que considera el caso cerrado.
Por último, Martel se ha mostrado partidaria de las cuotas como forma de "empezar a forzar a esta industria a pensar de otra manera". A lo que agregó: "Esto no quiere decir que cualquier película dirigida por una mujer esté haciendo una gran lectura sobre la humanidad, pero es indudable que el cine no está representando la complejidad de la sociedad".
Fotos | Gtres.