Lo mío con el cine comenzó muy de niña, mis padres son grandes cinéfilos y fue una bendición que llegó con ellos. En los genes, si me preguntan. Adoro el cine, pero odio los Oscar. Hay algo en esos premios que me produce un rechazo que roza lo visceral y vengo con una opinión polémica: creo que la Academia no celebra la excelencia, sino lo que a ella más le conviene para lavarse la cara. Boom. Ya lo he dicho.
En los Oscar todo funciona a través de hype. De repente, las redes sociales se convierten en expertos cinéfilos y todo el mundo habla maravillas de estas películas, por el mero hecho de estar nominadas. Ese furor me provoca un efecto rebote: cuanto más obsesionada está la gente y más inalcanzables son las expectativas generadas en torno al film, más pereza me da la película.
El FOMO llega a los Oscar
La veré, sí, pero por presión social y no por un interés genuino. Vaya, por enterarme de lo que ocurre, entender los memes y la conversación generada en torno a los premios. Y ninguno de esos me parece el mejor motivo para ver una película, ¿no? Ni el más disfrutón, seamos sinceros. Al final, las películas de los Oscar son más como una lista de deberes que el mundo entero debe cumplir.
Me leo a mí misma y sé que sueno muy dura y que mi punto de vista es, por supuesto, subjetivo. Pero quiero avalarla con algunos hechos que apoyan esta (poco popular) opinión, más allá de simplemente gritar a los cuatros vientos que los Oscar responden más a una agenda política propia y a estrategias de marketing que a la espectacularidad y calidad de las películas. Por ejemplo, 'Emilia Pérez'.

¿Habéis visto 'Emilia Pérez'? ¿Quién hace un casting de habla hispana con Selena Gomez, que no habla español? ¿Quien hace esos diálogos? Parecen sacados del vídeo de 'tengo muchos quereseres' y esperan que nos lo tomemos en serio. Y encima es la favorita en los Oscar.
Seamos sinceros, con el tráiler era suficiente y nunca habría visto 'Emilia Pérez' si no fuera una nominada. No tengo pruebas, tampoco dudas, de que está nominada por ir de inclusivos y sumar una actriz trans. Y ojo, que la inclusividad es maravillosa, pero no en forma de favoritismos. Que vamos de woke y huele a boomer.
Y no, no avalo esta durísima opinión solo en un traspiés de los Oscar 2025. Tengo más, mucho más.
¿Justas ganadoras o triunfadoras por presiones?

Uno de ellos es 'Crash', que ganó a Mejor Película en 2006 por encima de 'Brokeback Mountain', la absoluta favorita. No digo que 'Crash' sea mala, pero su óptica racial es cuanto menos forzada y simplista. Pero claro, como la Academia no se sentía lista para hacer historia con un drama homosexual, decidieron ir sobre seguro.

Y hablando de discriminación positiva, hablemos de 'Green Book'. La Mejor Película de 2019 abordaba el racismo social desde la perspectiva de un hombre blanco que hacía de protector y guía moral. Qué sorpresa, que cómodo y qué políticamente correcta de premiar en un momento donde los Oscar fueron acusados de ser demasiado blancos (#OscarsTooWhite). Este mensaje de "somos progres pero no tanto" se llevó por delante a 'Roma', de Alfonso Cuarón, mucho más innovadora.

Voy incluso más allá, con 'Shakespeare in Love' ganando el Oscar a mejor película en 1999 a golpe de purita campaña de marketing y presión del mismísimo Harvey Weinstein. Competía con 'Salvar al soldado Ryan', que a día de hoy sigue siendo una de las mejores historias bélicas del cine y se quedó sin estatuilla.

Todas estas injusticias y malas decisiones me han llevado a este descontento tan interno con los Oscar y, como yo, toda una generación Z que los ve como algo anticuado, irrelevante y sin ningún peso. Y, aun así, por esa presión social, me he tragado con patatas todas las películas nominadas. Pero siendo consciente de que es por el hype y la presión social, sabiendo que no van a ser ni de cerca mis favoritas (y ojalá me sorprendan).
De esta forma puedo criticar desde el conocimiento de que los Oscar ya son solo un escaparate de corrección política, marketing y un toquecito de racismo que se intenta maquillar nominando a películas con diversidad racial. Y, mientras sigan rigiéndose por estas normas, los Oscar seguirán perdiendo credibilidad.
Fotos | Gtres, 'Emilia Pérez', 'Crash', 'Green Book', 'Shakespeare in Love'.
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