No había dado comienzo todavía la gala de los Goya que ya nos había ofrecido Pedro Almodóvar uno de los grandes momentos de la noche. Y es que, durante una entrevista en la alfombra roja, se le ha escapado que Penélope Cruz será la encargada de presentar el Oscar a Mejor película extranjera, categoría en la que está nominada Dolor y Gloria. Pero, volviendo al presente, ya que eso no ocurrirá hasta el próximo 10 de febrero, esta noche ha tenido lugar en Málaga la 34ª edición de los Premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas. Una velada en la que la película del director manchego ha resultado la gran vencedora con siete premios.
Como sucedió en 1999, cuando Pe le entregó el Oscar por Todo sobre mi madre y como puede volver a repetirse en unos días, la actriz le ha dado, junto a Ángela Molina, el Goya a Mejor Dirección a Pedro Almodóvar, que ha subido al escenario hasta en tres ocasiones, para recoger el galardón a Mejor guión original y el de Mejor película también.
El realizador ha aprovechado para contar cómo tomó su propia vida como referencia para el film. El mobiliario, los libros y las pinturas de la casa en la que vive el protagonista son del director. E incluso la ropa que lleva Banderas replica prendas de su vestuario.
Antes de eso, como viene siendo habitual, el galardón a Mejor actriz revelación ha sido el primero en entregarse. Benedicta Sánchez, de 84 años, ha sido la vencedora por su interpretación en Lo que arde y ha protagonizando uno de los momentos más tiernos de la noche. La actriz, sin experiencia previa, llegó a la producción gallega porque su hija la apuntó al casting. Esta noche se ha subido al escenario con la misma sorpresa, sin saber muy bien qué decir y pidiendo ayuda al público. Ella ha sido, durante una hora, la persona de mayor edad en ganar un Goya, hasta que Julieta Serrano, con 87 años, se ha proclamado Mejor actriz de reparto por Dolor y Gloria.
En la misma categoría que Benedicta, pero en su versión masculina, no ha habido sorpresas y hemos visto llevarse el Goya al favorito: Enric Auquer por Quien a hierro mata, donde interpreta al hijo de un capo de la droga. Están siendo unos meses dulces para el actor que, tras despuntar en el film de Paco Plaza y en la serie Vida perfecta, se ha convertido en la gran sorpresa cinematográfica del año.
Eduard Fernández, con una carrera más consagrada, se ha llevado el gato al agua como Mejor actor de reparto por Mientras dure la guerra. Una estatuilla que ha llegado en Glovo para ser entregado, paradójicamente, al único nominado que no se encontraba presente en la ceremonia. Ha subido a recogerla, en su lugar, Alejandro Amenábar, director de la cinta, ha leído en el móvil el discurso de agradecimiento del actor, llegando a nombrarse a sí mismo.
Aunque para performance la que ha tenido lugar durante la entrega a Mejor película documental (Ara Malikian: una vida entre las cuerdas), cuando ha parecido que una espontanea se había colado para protestar por el cambio climático. Ha quedado claro que se trataba de un sketch de la gala cuando los guardias de seguridad han aparecido para llevarse a los Javis, que acababan de entregar el premio a Mejor película Europea (Los miserables), en lugar de a la actriz.
Belén Cuesta ha sido este año la encargada de quitarle el Goya a Mejor Actriz a Penélope Cruz, que es el quinto año consecutivo que se va con las manos vacías. Cuesta, que nos tiene acostumbrados a papeles cómicos y era la tercera vez que optaba a "un cabezón", se lo ha llevado finalmente gracias a un papel dramático en La trinchera infinita.
La actriz ha felicitado a las otras nominadas y ha agradecido "la confianza de los miembros de la película, que me han dado un personaje maravilloso. Y gracias a mi familia por enseñarme tantísimo".
El también nominado al Oscar a Mejor actor, Antonio Banderas, ha conseguido llevarse el premio de la Academia española en la misma categoría y, además, en su tierra natal y el mismo día en el que se cumplen tres años de su ataque al corazón: "No solo estoy vivo sino que me siento vivo", ha declarado el actor alzando la estatuilla en el escenario.
A pesar de que los responsables de la ceremonia se empeñan todos los años en meter un rap en algún momento (como si fuera fácil superar el momento cómico que nos dejó Antonio Resines en su día), el gran momento musical de la velada ha tenido lugar durante el homenaje a Pepa Flores, Goya honorífico, a cargo de Amaia. Finalmente, la actriz que dio vida a Marisol no ha asistido a la ceremonia y han sido sus hijas, Celia Flores, María Esteve y Tamara las encargadas de aceptarlo en su nombre.
Aunque la que nos ha puesto los pelos como escarpias ha sido la emotiva versión de Sobreviviré, del malagueño Manzanita, que ha hecho otro talento local: Pablo Alborán. La canción formó parte de la banda sonora de la película homónima de 1999. Este film, protagonizado por Emma Suárez y Juan Diego Botto, ha sido elegido para formar parte de la gala por ser "un canto a la tolerancia y del derecho a amar a quien uno quiera", tal y como han explicado los responsables de entregar los premios a Mejor canción (Intemperie de Javier Rubial) y Banda sonora original (Dolor y gloria por Alberto Iglesias).
El punto internacional lo ha puesto el pianista y cantante inglés Jamie Cullum, que ha tocado en directo su bello tema Endings Are Beginings durante el In memoriam en el que se ha recordado a los profesionales del cine que nos dejaron el año pasado.
En lo que respecta a los fallos y gazapos, este año el objeto de todos los memes ha sido Ester Expósito. La actriz de Élite, que fue protagonista durante LOS40 Music Awards por mantener la compostura ante el estado de embriaguez en el que se encontraba su compañero para presentar un premio, se ha equivocado al leer el título del Mejor Corto de Animación: Madrid 2120, rebautizado ahora por ella como "Madrid 2021-20".
Una noche sin grandes sorpresas pero en la que ha quedado patente que el cine español atraviesa uno de sus mejores momentos.
Fotos | Gtres y Twitter @PremiosGoya.
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