Lo mío con esta mujer es devoción. Amor incondicional. No podría llegar a ser objetia pero ni falta que me hace porque lo suyo es siempre un ecuánime y justo acierto. No hay día en que vaya mal. Diane Kruger es simplemente perfecta: de corto, de largo, de calle, de red carpet, de cóctel o de fiesta informal, ella siempre va impecable, ni demasiado clásica, ni atrevida por demás. Su fórmula estilística es la cocción al dente de las tendencias y el estilo personal.
Bien, para ser imparcial y profesional he de decir que el look que nos regala hoy y que resulta ser un estilismo que se puso ayer por la noche para una fiesta conmemorativa en Nueva York, el sesenta aniversario de la firma de complementos francesa Longchamp, es un tanto desenfadado para un evento de ese calibre, pero da igual, ella se lo puede permitir todo, mejor ir casual que con un mal vestido de noche (eso es lo que pienso yo siempre en las bodas, que más vale un algo sencillo que la pomposidad deficientemente aplicada que daña los ojos y la sensibilidad).
Estoy de acuerdo (y me lo digo todo yo sola) en que ese mismo top/chaleco en otra persona podría parecer hasta ridículo, pero a ella le queda bien, le sienta fenomenal, le da un aire muy lolita años cuarenta, y es que parece que estamos viendo El Diario de Noah. Los pantalones de talle alto y pata ancha le acaban de dar el toque cinematográfico, bueno, eso es más bien mérito del sombrero de paja que no se quita desde el desfile crucero de Chanel. Y sí, tanta vuelta y tanto rodeo para justificar que me gusta su look a pesar de los pesares. ¿Soy acaso la única?
En trendencias | Campaña de bolsos Longchamp Otoño/Invierno 2008 Fotos | thefashionspot