Estos últimos días hemos podido leer unas declaraciones realizadas por Elmar Mock, el cofundador de Swatch, en relación al lanzamiento del nuevo smartwatch de Apple diciendo que se acerca una edad de hielo para los relojeros suizos. Teniendo en cuenta que The Swatch Group compró en enero del 2013 la marca Harry Winston que, además de diamantes (que se lo pregunten sino a Marilyn Monroe) también están especializados en la venta de lujosísimo relojes "Swiss Made", este tipo de declaraciones sorprenden, pues parece como si se estuviese tirando piedras contra su propio tejado. ¿El reloj analógico y el digital son dos amores distintos o dos amores compatibles?
¿Winter is coming?
Para los relojeros de producción en serie masiva puede que llegue esta edad de hielo vaticinada, aunque lo dudo, porque mientras esos relojes tengan que seguir vinculados o enlazados al teléfono móvil, los relojeros no tienen nada que temer. Los nuevos weareables en realidad son como terminales del teléfono móvil con funciones limitadas. No se puede hacer todo desde este reloj. Lo que intentan vender como un reloj, no lo es. Te puede dar la hora - como el teléfono móvil -, pero no es solo un reloj. Lo realmente curioso del caso es que, según diferentes estudios mandados realizar por los responsables de las marcas más populares de smartphones, la mayoría de sus usuarios no suelen usar reloj, porque miran la hora en sus móviles, según nos han confirmado profesionales del sector.
Después de consultar con diferentes expertos y con los responsables de comunicación de grandes marcas relojeras suizas, estos nos han dicho que no se sienten asustados, pues los potenciales clientes de los nuevos smartwatches no son clientes que la industria de la alta relojería vaya a perder, pues rara vez compran relojes de estas características - no porque no les gusten, sino por el precio (el precio medio de uno de estos relojes suizos es de unos 6.000 euros pudiendo llegar a costar, en algunos casos, hasta más de 100.000 euros).
Y desde el punto de vista de los relojeros de lujo, nada de nada. Porque los coleccionistas de relojes suizos lo que valoran es la complicación mecánica, y el que son series cortas. Quien quiere un reloj se compra un reloj (mecánico, de cuarzo, digital, de lujo), y quien quiere un ordenador de bolsillo se compra un smartphone y un terminal para llevar en la muñeca (que, por cierto, aún no accede a todas las funciones del smartphone - por ejemplo, no se puede ver una película ni un vídeo. A parte de que es absurdo ver una peli en una pantalla que del tamaño de un sello de correos).
La exclusividad da la hora
Para intentar averiguar qué aporta un reloj de lujo a quien lo lleva, nos hemos puesto en contacto con Jacques Thomas, director de A. Lange & Söhne para Europa Occidental, quien amablemente nos comentó que: "El cliente que compra sus relojes quiere exclusividad, escasez, estética y creatividad. Esas que son el resultado de un saber hacer, particular y exquisito, que se ha ido afianzando con el paso del tiempo como si fuese un sello de garantía en favor de la precisión, de la eficacia, y del refinamiento y calidad de los acabados. En definitiva, marcas históricas que se han distinguido desde siempre dentro del mundo de la Alta Relojería".
También nos pusimos en contacto con un coleccionista de relojes - de quien me he comprometido a no dar el nombre (por una cuestión de seguridad), quien a este respecto nos hizo los siguientes comentarios:
¿Amores distintos o compatibles?
"De diez años a esta parte, las cosas han cambiado mucho. Lo que hace una década podía ser considerado como un símbolo de buen gusto, hoy puede llegar incluso a resultar ostentoso, por lo que muchas veces prefieres dejar de usar, por ejemplo relojes de oro - que hoy en día podrían tener incluso una connotación hasta de mal gusto -, optando por otros relojes más normalitos y menos llamativos para ir a trabajar, dejando los grandes relojes para ocasiones especiales. Esas en las que no tienes que demostrar nada a nadie porque todo el mundo te conoce y sabe quién eres".A la pregunta de si se compraría uno de los nuevos weareables, comentó: "¡Lo dudo! Yo utilizo el móvil para hacer llamadas, hacer fotos y, como mucho, colgarlas en Instagram. Paso de cargarme con una "complicación" de este tipo".
La innovación de los wearables
Unas personas con un perfil más techie pueden aportar la contrapartida a todo este asunto. Los profesionales consultados se mostraron extremadamente interesados en estos relojes inteligentes de alto rendimiento, que les permiten estar siempre al tanto de las últimas novedades gracias a su sistema operativo Android Wear.
La Marketing Manager de Telefonía Móvil de LG España, Patricia Parada nos explicó que: "La tecnología y la moda es lo que tienen, que siempre apuestan por la innovación y la atención por los detalles; y que los wearables es una tendencia muy interesante que parece haber llegado para quedarse, como si se tratase de un accesorio o un complemento de moda".
También afirmó que estos relojes inteligentes, ofrecen todas las ventajas de los dispositivos de última generación, pero con un diseño que se puede comparar al de cualquier reloj tradicional, ya que cuidan mucho la estética para asemejarse a ellos. Parada también comentó que: "Hasta ahora, el reloj tradicional se había quedado relegado a algo como darnos la hora (y que muchos la veían directamente en sus smartphone). Un reloj inteligente llegaba más allá ya que permitía ver llamadas entrantes y rechazarlas sin tener que sacar el móvil del bolsillo. O incluso leer el correo mientras te desplazas por la ciudad en transporte público. El plus añadido para los deportista es que estos relojes también miden el ritmo cardíaco, lo que ayuda a controlar su rutina de entrenamiento".
Todo esto es muy interesante, qué duda cabe, pero para los coleccionistas de relojes de lujo suizos, la relojería suiza podría definirse con una sola palabra, y ésta no es otra sino emoción. Cuando adquieren uno de estos relojes no están comprando la hora, están comprando una emoción, un sentimiento, una pasión. Pasión por cómo están hechos, por lo que representan, y por la historia que hay detrás. Ideas que ven reflejadas en el reloj cuando lo miran, y que les hacen sentirse orgullosos de él.
¿La última novedad vs la herencia?
Los nuevos smartwatches buscan cumplir con la parte de la exclusividad, la estética y la creatividad aunque, indudablemente, no se trate de ediciones limitadas. Apple incluso está a punto de lanzar una versión de lujo que costará más de 10.000 euros. Ahora es cuando cabe preguntarse algo que es inherente a todos los productos tecnológicos: y es si esta tecnología no se quedará enseguida obsoleta. Estos nuevos gadgets podrían de dejar de ser útiles en un plazo muy corto de tiempo por el constante avance de novedades y desarrollos desde la industria tecnológica. ¿Tiene sentido pagar un precio tan elevado por un smartwatch basado en una tecnología que no tardará en verse superada por otra nueva o es mejor emplear ese dinero en un reloj de precisión que nos durará toda la vida y que podrán heredar nuestros hijos?
Después de todas estas consideraciones nos gustaría saber si creéis que el reloj analógico y el digital son amores compatibles o, efectivamente, se tratan de dos mundos distintos, que nada tienen que ver el uno con el otro. Y, de ser así, ¿por qué cada vez más grandes marcas del mundo del lujo, como Gucci o Tag Heuer, se lanzan también al mercado de los smartwatches? ¿Se estarán subiendo las grandes marcas a este carro por no perder nicho ni notoriedad o se trata verdaderamente de una fuerte apuesta?
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