Si los guantes largos eran la propuesta de varios diseñadores para este invierno, de pronto se coló una nueva propuesta más a pie de calle que visto en las pasarelas. Puede que les guste, puede que no. A mi en particular me recuerda a los vagabuendos de Nueva York que siempre salen en las películas calentándose las manos en un bote de basura ardiente debajo de un puente en Central Park.
Sin embargo, hay que ver la funcionalidad de este tipo de guantes, que más que ser útiles para calentarnos las manos, son decorativos. Normalmente, tienes que quitarte los guantes si vas a fumar o si tienes que escribir. No obstante, con los guantes sin dedos siemplemente realizas las actividades sin miedo a quemarlo o sin que te impidan una buena letra.
Hay algunos modelos muy bonitos, mis favoritos son los de punto gordo con acanalados o trenzados, aunque últimamente al utilizarlos como si fueran la continuación de las mangas de algún vestido, jersey o camiseta pues se busca que sean del mismo color o al menos que hagan constraste por lo que la variedad se ha ampliado.
Chequen los naranjas con moños en rosa y rojo en el anverso de la mano. Son bastante juveniles. Sin embargo, si se fijan en los de rayas de punto gordo son también desenfadados, pero con un toque más sobrio y menos aniñado.
Entre los que más me gustaron se encuentran los blancos de cashmere, muy románticos e invernales a un tiempo. Ustedes escogen que tan bien les va el look de vagabundo o si prefieren el clásico guante de quitar y poner.