Me ocurre una cosa muy curiosa con Manolo Blahnik, me cae bien. No es que le conozca personalmente, ni que nos enviemos sms cual amigos del parvulario, pero su porte, su rostro, sus tiendas, su trayectoria me gustan y especialmente su nombre. Porque si me dicen antes de conocerle que unos zapatos llamados “Los Manolos” arrasarían en Nueva York y Singapur entre la jet, me caigo de la silla y no me levanto. Y sólo por eso, ¡Viva él!
¿Por qué no me ocurre lo mismo con Tamara Mellon? No tengo ni idea, cuestión de sensaciones, pero me cae gorda.
Que sea hija de uno de los riquísimos fundadores de Vidal Sasson, que digo yo que la cosa se empieza más fácil, que su socio sea Jimmy Choo que ni está ni se le espera ¿alguien le ha visto por cierto?, que haya llevado a tribunales a su madre por la fortuna de su padre, que su hija se llame Araminta…es que no puedo. Así que hoy me centraré en Manolo y sus ya imprescindibles zapatos que Carrie tanto publicitó.
Abrimos el telón para ver la Colección Otoño-Invierno 2011/2012…