The Big 'Bag' Theory y otras ciencias aplicadas a la moda

Probablemente muchos de vosotros sois unos fans absolutos de la serie de televisión The Big Bang theory. Es probable que adoréis la detestable e insoportable (con cariño) personalidad de Sheldon, no podáis parar de reír con la relación entre Howard y su madre, o sencillamente os haya conquistado la ambigüa personalidad de Raj. Son muchos los memorables capítulos y escenas que tenemos de esta serie y son muchas las cosas que hemos aprendido de ella. Y no solo que Penny trabajaba en un Cheesecake Factory. Esta serie ha afectado mi manera de ver la moda, y cada vez que la veo mi mente hace una traducción particular y la llama The Big 'Bag' Theory. Y es que sus teorías se pueden aplicar al fantástico, intrínseco y complicado mundo del bolso.

Navaja de Ockham

Cuando nos encontramos frente a un problema se dice que la explicación más simple es la indicada. Lo que pretende la técnica es encontrar solución a un problema eliminando todos los elementos innecesarios. Así que esto lo podemos aplicar a la hora de elegir bolso: ¿necesitamos colores estridentes en nuestro outfit estampado? ¿Es necesario lucir flecos por todas partes? ¿Deberíamos lucir un modelo sencillo u otro muy llamativo? Al final menos es más y los modelos sencillos y simples acaban por ganar el duelo.

Efecto Mariposa

Una pequeña acción puede desencadenar unos acontecimientos u otros. Eso mismo sucede cada vez que estamos a punto de hacer una locura y gastarnos los ahorros con EL bolso. Si lo compramos es posible que nuestra cuenta quede en números rojos, acabemos debajo de un puente y no tengamos nada para subsistir (pero luciremos un it bag). Aunque también puede pasar aquello de que te compres EL bolso y tu cabeza sufra un cortocircuito que te deje sin plomos en la mente. Por ello, además del bolso te acabas por comprar un estilismo entero de lo más divino para poder combinarlo y, ¡finalmente!, te animas a comprar en eBay aquellas botas que jamás de los jamases habías planeado comprar. Por lo tanto (para hacerlo todo más retorcido), esa persona que se encuentra en el otro lado del charco recibe un dinero que no esperaba y termina por invertir sus ganancias en otro bolso (desencadenando el mismo efecto).

El método de Schrödinger

El bolso de Schrödinger es complicado. Su originaria ecuación tiene a un gato como protagonista: se mete este animal dentro de una caja totalmente sellada junto a una ampolla de cristal que contiene un veneno letal y un martillo situado justo encima de ésta. El martillo se acciona si se detectan partículas alfa (rompiendo así la botella con veneno). Al lado se coloca un átomo radiactivo especial, que tiene una probabilidad del 50% de emitir una partícula alfa en un tiempo determinado. La probabilidad es cuando aparece entonces: puede que el martillo haya golpeado la botella, pero puede que no. Existe la probabilidad que el gato esté vivo, aunque también existe la probabilidad que esté muerto. Debemos abrir la caja para comprobar si está vivo o no.

Lo mismo nos sucede cuando nos saltan las dudas sobre ese bolso comprado en una web made in China: ¿Será de piel cómo aseguran o su olor a plastico nos matará de un plumazo? ¿Será de ese color o variará cinco tonos por encima? ¿Tendrá ese tamaño o parecerá un bolso de muñeca? ¿Finalmente llegará o se perderá por el camino?

El trabajo de Ebbinghaus

Su trabajo se basa en la memoria y su medición teniendo como concepto principal la curva del olvido. Cuanto más intenso sea un recuerdo, más tiempo se mantiene. Para entender este método es mejor recordar la frase de Roger Schank: Si lo leo lo olvido, si lo veo lo recuerdo, pero si lo hago lo aprendo. Lo mismo sucede con el nombre del it bag del momento; si leemos su nombre nos olvidamos de éste; si tocamos el bolso en la tienda y nos lo probamos nos acordamos de él; si nos lo compramos aprendemos cada uno de sus detalles, así como el año de su nacimiento y el día que entró en casa. Desde entonces le llamas Cuqui y tiene un asiento reservado a la hora de la cena.

La ley de la gravedad

Admitámoslo: tu atracción por los bolsos cada vez es más fuerte y tu mente tan solo es capaz de fijarse en aquellos modelos intocables con precios impagables. Existe una ley de atracción hacia los modelos caros que no puedes remediar. La ley de la gravedad asegura que cuánto mayor es un cuerpo, la fuerza que le une a la tierra es mayor. Hablando "Idioma Bolso" podríamos decir que cuánto mayor es su precio, mayor será la atracción que sintamos por él a primera vista. No necesitas saber el precio para saber que te gusta, es una fuerza invisible que te atrapa.

Estas teorías se pueden aplicar a muchas situaciones del día a día, pero entre nosotros: el amor que sentimos por los bolsos ha hecho que éstos sean los protagonistas hoy.

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