Una herramienta diseñada para los practicantes de buceo ahora se ha convertido en todo un objeto de lujo entre magnates
Coco Chanel comentó alguna vez que "la necesidad del lujo comienza cuando termina la necesidad", es por ello que, la industria de la moda, los accesorios y sobre todo de la alta relojería, han encontrado en sus diseños el trampolín perfecto para crear objetos de deseo que no sólo evolucionaron de la simpleza de un artefacto que tiene como finalidad dar la hora, sino que se han vuelto en piezas de culto con valor incalculable, como lo son ciertos modelos de la firma relojera Rolex.
El Rolex Submariner, presentado en 1953, nació como un reloj utilitario diseñado para buceadores profesionales y aficionados que requerían una herramienta confiable en las profundidades del océano. Pero a lo largo de los años, este icónico reloj ha dejado de ser exclusivamente una herramienta de buceo para convertirse en un símbolo de estatus y lujo codiciado por coleccionistas de todo el mundo.
En la década de 1950, la exploración submarina estaba en auge, impulsada por avances tecnológicos y el creciente interés en el mundo marino. Fue en este contexto que Rolex diseñó el Submariner, el primer reloj de pulsera resistente al agua hasta 100 metros (posteriormente incrementado a 300 metros). Su diseño robusto, bisel giratorio unidireccional y marcadores luminosos lo convirtieron en un aliado indispensable para los buceadores.
Este reloj no solo se diseñó para ser funcional, sino también para resistir las condiciones extremas del buceo profesional. Jacques Cousteau, uno de los exploradores submarinos más famosos, utilizó el Submariner, consolidando su reputación como una herramienta confiable y de alta precisión.
De la funcionalidad a símbolo de masculinidad
Este modelo no tardó en ganarse un lugar en la cultura popular. En 1962, Sean Connery lo lució mientras interpretaba a James Bond en 'Dr. No', lo que marcó el inicio de una relación simbiótica entre Rolex y la elegancia masculina. A partir de ese momento, el reloj dejó de estar limitado al ámbito técnico y se convirtió en un accesorio aspiracional.
La exposición mediática y su asociación con figuras icónicas del cine, el deporte y los negocios impulsaron al Submariner a un estatus más alto. Este fenómeno fue reforzado por la exclusividad que Rolex siempre ha cultivado: cada reloj es fabricado con un nivel de detalle y calidad excepcional, lo que los hace altamente deseables, de ahí que, en las décadas siguientes y como parte de la evolución del mercado del lujo que experimentó un cambio significativo, los consumidores adoptaron la noción de que los productos de alta gama representaran no solo calidad, sino también estatus social, lo que llevó a relojes como el Submariner a ser vistos como símbolos de éxito y sofisticación.
Rolex alimentó esta transición al limitar la producción de ciertos modelos, creando una escasez que aumentó su valor. Además, colaboraciones especiales y ediciones limitadas generaron un mercado secundario altamente competitivo, donde los precios de los Submariner antiguos y raros pueden superar los cientos de miles de dólares.
Desde el año de su lanzamiento y hasta el 2020, se produjeron casi 4 millones de relojes Submariner, según se comenta en un libro autorizado por la empresa titulado 'Submariner: The Watch that Unlocked the Deep'. De acuerdo a varios especialistas, como la web de comercio de relojes de lujo Subdial, en conjunto, todos los relojes de esta línea tendrían un valor de unos 46.000 millones de dólares.
Una cifra que podría acercarse a los 50.000 millones de dólares si se incluyen los Submariner fabricados después de 2020, y cuyo monto supera el PIB de Paraguay de 2023 y con la que hasta sobraría para cubrir el 50% de su deuda externa.
Fanatismo convertido en inversión
Hoy en día, el Submariner no solo es un reloj, sino también una inversión. Los coleccionistas buscan modelos específicos por su rareza, historia o características únicas, como el famoso "Red Sub" o el Submariner "MilSub" de 1972, diseñado específicamente para el ejército británico y que puede llegar a tener un valor de hasta 300.000 dólares.
El aumento constante de los precios en el mercado secundario ha consolidado al Submariner como una opción atractiva tanto para coleccionistas apasionados de los relojes como para inversionistas, y es que este reloj es un reflejo de cómo un objeto funcional puede trascender su propósito original para convertirse en un emblema cultural.
Foto de Horology Hands en Unsplash | Rolex Magazine
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