Una cosa es que cuando se acercan las navidades optemos por trucos de maquillaje que se salgan de lo ordinario, que aprovechemos para atrevernos a marcar rasgos o probar colores más llamativos de lo normal, pero otra cosa muy distinta es pintarse un copo de nieve (por cierto, perfectamente dibujado) en la mejilla.
Alguien debería advertirle a Nicole Richie que eso es ser demasiado literal, aunque lo suyo no ha sido fruto de un arranque matinal muy navideño, sino el complemento perfecto para una fiesta infantil, la misma a la que acudía con su hija y otra celebrity recién convertida en madre: Jessica Alba.
La cuestión es que la idea es graciosa, dentro de un contexto festivo y puntual, claro está, básicamente porque si uno quiere perfilarse con tanta precisión un copo de nieve en la cara a diario, tendría, o que madrugar demasiado, o no lavarse el rostro durante un mes, que es lo que más o menos, dura la Navidad…
Foto | faded youth