Con la llegada de septiembre y del nuevo curso comenzamos a ponernos nuevos propósitos, metas y objetivos. No nos vamos a engañar, después de los excesos del verano, uno de estos propósitos suele ser empezar a comer mejor y hacer deporte.
Habitualmente, cuando nos planteamos seguir una dieta o cambiar nuestros hábitos de alimentación, tendemos a pensar únicamente en la parte física de este proceso: cómo va a cambiar nuestro cuerpo, las calorías que vamos a ingerir, qué comida vamos a tener que dejar de comer, etc. Sin embargo, no siempre pensamos en las implicaciones psicológicas.
Y es que, como cualquier hábito y necesidad en nuestra vida, la alimentación también tiene un trasfondo psicológico, y cambiarla y modificar nuestros hábitos de alimentación, puede tener implicaciones psicológicas.
La ayuda que la psicología nos puede aportar a la hora de perder peso
La realidad es que, la Asociación Americana de Psicología (APA), indica que la ayuda de un psicólogo en el proceso de pérdida de peso puede ser un punto clave. Esto se debe, entre otras cosas, a que, aunque no seamos conscientes, nuestros hábitos de alimentación, nuestra relación con la comida, el proceso por el que nos entran antojos o, incluso, la sensación de hambre, tienen un origen emocional además de físico.
Si intentamos cambiar estos hábitos - con un origen emocional - únicamente desde el punto de vista físico, sin atender al psicológico y emocional, es posible que fracasemos en el intento. Por ello, un psicólogo puede aportarnos un entendimiento más profundo y completo de las conductas, pensamientos y emociones que tenemos en relación con la comida y nuestra alimentación.
De hecho, puede tratarse de un importante paso para entender por qué ganamos peso, qué tendríamos que cambiar para perderlo o para saber cómo mejorar nuestra relación con la comida. Para ello, psicólogos y nutricionistas especializados en alimentación realizan un trabajo interdisciplinar conocido como psiconutrición, que atiende a la alimentación desde todos sus puntos de vista.
El papel del psicólogo en la psiconutrición
Cada uno de nosotros tenemos una relación diferente con la comida y con nuestra alimentación. Conocer y trabajar nuestro historial personal con relación a la comida, las creencias irracionales con respecto a ella o nuestro cuerpo que podamos tener, cuál es nuestra imagen corporal, analizar si estamos pasando por un momento de ansiedad o depresión y cómo eso afecta a nuestra alimentación, o las implicaciones emocionales que nuestro peso nos provoca, es algo en lo que un psicólogo tiene un papel clave.
Algunos de nosotros mantenemos relaciones poco saludables con la comida sin darnos cuenta: comer en base a hambre emocional y no físico es una de las situaciones más habituales, también comer de manera compulsiva, darnos atracones, tener tendencia embarcarnos en dietas de manera crónica, etc.
Un buen diagnóstico de estos aspectos es clave para poder ofrecernos unas pautas nutricionales y un plan de acción que realmente de adapte a nuestras necesidades. Sin contar con un psicólogo esa tarea resulta mucho más compleja y puede quedar desatendida.
En definitiva, el papel clave del psicólogo es ayudarnos a mejorar nuestra relación con la comida y con nuestro estilo de alimentación. Pero también mejorar nuestra imagen corporal y la relación que tenemos con nosotros mismos.
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