Ayuno intermitente: los expertos nos dicen si puedes cambiar de horarios el fin de semana

Probablemente hayas oído hablar mucho sobre el ayuno intermitente. En los últimos años se ha convertido en una de las "dietas" más conocidas y comentadas del momento aunque, hablando con propiedad, se trata más de un protocolo de alimentación o una estrategia nutricional. No obstante, a pesar de su fama, sigue generando muchas dudas y mitos. A la hora de empezar a implementarlo en nuestro día a día es normal tener muchas preguntas  y una de ellas tiene que ver con el tiempo, prácticamente igual de importante que la comida en esta práctica. Si alguna vez te has preguntado si se pueden cambiar los horarios durante el fin de semana, cuando libramos y más planes tenemos fuera de la rutina, sigue leyendo.

La premisa que plantea el ayuno intermitente es sencilla en la teoría: ayunar durante las horas que tú elijas y tener otra ventana horaria donde puedes comer. Existen muchos tipos: desde el más sencillo de 12/12, el más conocido de 16/8 (que supone hacer 16 horas de ayuno y consumir toda la ingesta calórica necesaria en 8 horas), hasta el exigente 24/0. Lo hay incluso de 48 horas... El ayuno muestra beneficios en todas sus versiones y lo importante es buscar el que mejor se adapta a nosotros, no el que más radical sea.

Nuestro cuerpo está acostumbrado a unos horarios de comida y al hacer el cambio de golpe puede costarle mucho adaptarse. Para ir acostumbrando el cuerpo, es recomendable empezar por atrasar el desayuno y adelantar la cena una o dos horas. Una vez que podamos hacer esto fácilmente tendremos que ir avanzando paulatinamente hasta llegar a nuestro ayuno deseado.

Adaptar el ayuno a nuestras vidas

Por lo tanto, no se trata de adaptar nuestras vidas al ayuno intermitente, sino de adaptar el ayuno a nuestras vidas, de manera que no interfiera con ella y que no tengamos que pensar durante todo el día en cómo vamos a hacer para que todo coincida. Estar pensando todo el día en el ayuno lo hace mucho más difícil, provoca que pensemos más en comida y que aumente la sensación de hambre de la que físicamente realmente tenemos.

Debemos planificarlo en función a la hora en la que solemos comer, las actividades que tenemos durante la semana y en qué horarios las realizamos. También teniendo en cuenta lo que vamos a comer, si lo vamos a dejar preparado o no, si tenemos planes con otras personas y qué haremos en esos casos, si podemos ayunar en el trabajo, etc. Tener un plan es muy importante porque se trata de un protocolo de alimentación beneficioso a largo plazo.

Aparentemente, el éxito del ayuno se debe a que se adapta a nuestros ritmos circadianos. Estos ritmos influyen en nuestro metabolismo y están regulados, entre otras cosas, por la luz, pero también por las horas en las que comemos, o a la que nos vamos a dormir. Ahora bien, ¿significa esto que si nuestro horarios varía, como es habitual que suceda entre días laborables y festivos, podemos modificar también el ayuno?

Gabriela Gottau, especialista en nutrición de Vitónica nos contesta que, aunque se puede hacer "mientras se mantenga el mismo número de horas de ayuno", no lo recomendaría: "los estudios dicen que la regularidad en los horarios se asocia a menor aumento de peso, así que no es aconsejable". Lo que sí recomienda, en todo caso, es establecer los horarios teniendo en cuenta el fin de semana ya de entrada.

Fotos | Unsplash

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