Las cinco dietas más efectivas y seguras para perder peso (y, además, son muy saludables)

A estas alturas, para muchas es escuchar la palabra "dieta" sobre todo si va seguida de "milagro" o "de moda" y echarnos a temblar. No es de extrañar, teniendo en cuenta que casi todas ellas están elaboradas para restringir nuestra alimentación de manera extrema durante un tiempo limitado para luego provocar que recuperemos el peso perdido y, por el camino, nos dejamos dinero en libros o suplementos, además de poner en riesgo nuestra salud.

Sin embargo, no todas las dietas son así. O, al menos, no todos los protocolos de alimentación son así. Y es que existen dietas o formas de alimentarnos que nos ayudan a mantener un peso saludable y, al mismo tiempo, resultan saludables.

Estas son las dietas más saludables que podemos encontrar

Dieta mediterránea

La dieta mediterránea es tremendamente conocida en nuestro país. Principalmente porque es el estilo de alimentación que se supone que seguimos en los países mediterráneos. Y decimos "se supone" porque la realidad es que, actualmente, el estilo de alimentación occidental se ha ido haciendo cada vez más hueco, hasta el punto de que ya no seguimos una dieta mediterránea tradicional.

Sin embargo, es precisamente la original la que resulta saludable y efectiva. Este tipo de dieta promueve el consumo de alimentos frescos, principalmente vegetales, y de temporada. También recomiendan el consumo de grasas saludables, como la del aceite de oliva.

Otra de las bases de la dieta mediterránea es reducir el consumo de carne y aumentar la actividad física. Además de eso, tendremos que eliminar de nuestra vida los alimentos ultraprocesados, las grasas saturadas y los precocinados. En definitiva, más vegetales, más actividad física, menos carne y más alimentos frescos.

Dieta paleo

La dieta paleolítica es una de las más famosas y admiradas por muchas personas. Consiste en una adaptación de una forma muy concreta de alimentación que se hacía en el paleolítico (existían diferentes formas de alimentación y esta dieta sería la adaptación de una de ellas).

La base es alimentarnos a base de alimentos y no de productos. Básicamente, se trata de una dieta en la que se promueve el consumo de proteínas magras- aunque recientes investigaciones han encontrado que los carbohidratos como las patatas podrían ser muy importantes en esta dieta - en su mayoría provenientes de la carne y el pescado.

Además, se aportarían hidratos a través de la fruta y se tendrían que consumir verduras, semillas y frutos secos. Lo que sí no suelen consumir las personas que siguen esta dieta son legumbres, lácteos o cereales. En cualquier caso, no se trata de una dieta en la que solo se tenga que comer carne: las verduras y frutas son básicas.

Además, una vez más, se promueve la actividad física porque si algo tenían en el paleolítico era movimiento y actividad con su propio cuerpo.

Dieta DASH

Posiblemente, de todas, sea la dieta menos conocida. Esto se debe a que la dieta DASH no era, tradicionalmente, un estilo de alimentación para ayudar a perder peso. En realidad, es un protocolo de alimentación ideado para tratar la hipertensión.

Las evidencias han encontrado, sin embargo, que también puede ser efectiva a la hora de ayudarnos a controlar nuestro peso. Esto se debe a los alimentos en los que se basa. Para empezar, la idea es que nuestra dieta consista en legumbres, fruta, verduras, cereales integrales, lácteos - desnatados en este caso - y carnes magras de pescado y aves.

Pero, además, busca que evitemos los ultraprocesados, las grasas saturadas y los azúcares refinados. También tendríamos que reducir las carnes rojas y las grasas saturadas. Las proteínas en esta dieta se tendrían que obtener por medio de las legumbres y otras fuentes vegetales, además de carnes blancas.

Dieta Real Food

El Real Food está de moda. Podemos leer hablar de él - para bien y para mal - en todas partes. La realidad es que, más allá de que el concepto nos guste más o menos, se trata de un estilo de alimentación excelente para ayudarnos a mantener un peso adecuado y, además, comer lo más sano que podemos.

La idea es muy sencilla - y a la vez complicada de llevar a cabo porque supone un cambio fuerte en nuestros hábitos de alimentación - y es que se trata de que nos alimentamos a base de comida real y nos alejemos de productos y ultraprocesados.

Además, supone comprometernos con un cambio de hábitos de vida a largo plazo. Es decir, no tiene fechas de principio y fin, sino que se trata de una forma de comer para el resto de nuestra vida. Eso sí, es efectiva. A largo plazo, posiblemente, la mejor manera de mantener un peso saludable y estable.

Tendremos que basar nuestra alimentación en verduras, frutas, legumbres, harinas y cereales integrales, semillas y frutos secos. Al mismo tiempo evitaremos los alimentos ultraprocesados, reduciremos al máximo los azúcares añadidos, optaremos por el aceite de oliva y eliminaremos el alcohol de nuestro estilo de vida. Igualmente aumentaremos nuestra actividad física.

Este estilo de vida, además, promueve que cocinemos más en nuestras casas y volvamos a comer más comida de verdad, alejándonos de los precocinados, la comida rápida, los snacks, los refrescos, etc.

Ayuno intermitente

El ayuno intermitente está de moda. Tan de moda que hasta Elsa Pataky hablo de ellos en prime time en El Hormiguero. No es de extrañar teniendo en cuenta que, cuando se planifica bien y se adapta a la persona, resulta muy efectivo y saludable.

Eso sí, no siempre se planifica bien y no siempre se adapta a todo el mundo. Por ello, tendremos que asegurarnos de las dos cosas si nos lanzamos a probarlo.

En este caso, más que de una dieta estaríamos hablando de un protocolo de alimentación. Es decir, una manera de plantear cómo consumimos nuestra comida. La idea es hacer menos comidas al día y concentrarlas en un número de horas limitado. De esta manera será más difícil que nos pasemos de calorías y, además, ayudará a regular la sensibilidad que tenemos a la insulina, gracias a esas horas de ayuno.

Existen diferentes planes de ayuno intermitente que podemos seguir y el que elijamos dependerá de nuestro estilo de vida o necesidades. El más utilizado es el 16/8 (hacemos todas las comidas en ocho horas y ayunamos 16). Sin embargo, también existen otros como el 12/12, el 20/4 o el ayuno de 24 horas.

Es muy importante que lo planifiquemos bien, que tengamos claro si nos funciona o no y cuál nos funciona. Además, tenemos que olvidarnos de la idea de que se trata de consumir muy pocas calorías. La idea es que hagamos un buen cálculo de nuestras necesidades calóricas y las cubramos bien, solo que en menos tiempo. No buscamos pasar hambre y malnutrirnos.

Eso sí, hagamos ayuno intermitente o no, seguirá siendo muy importante qué alimentos elegimos. Lo mejor seguirá siendo que optemos por basar nuestra alimentación en alimentos frescos, verduras, vegetales, frutas, legumbres, etc.

Imágenes |Unsplash

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