No lo vamos a negar, ponernos a dieta e intentar perder peso es difícil. La cuestión es que, a veces, las dificultades no provienen del hecho de estar a dieta en sí, sino de la información contradictoria que tenemos con respecto a la nutrición y de la cantidad de mitos y rumores que existen con respecto a las dietas.
Por ello, no es de extrañar que, en estos meses en los que las dietas proliferan, acabemos cometiendo errores que desconocemos y que pueden provocar que no perdamos peso o que cuando dejemos la dieta tengamos un gran efecto rebote. Los siguientes son cinco de los errores más habituales.
Evitar el consumo de fruta por la noche
Seguro que más de una de vosotras ha escuchado alguna vez que la fruta es mejor no comerla por la noche porque engorda mucho. La realidad es que no hay ninguna evidencia que sugiera que esta afirmación esconda algo de realidad.
La fruta es un alimento perfectamente saludable a cualquier hora del día y que debe formar parte de nuestra alimentación en todos los casos. Eso sí, debemos recordar que lo adecuado es consumirla entera y a mordiscos. Cuando la hacemos zumo, la fruta pierde la fibra y, por tanto, la fructosa actúa en nuestro cuerpo como azúcar libre.
Pero si elegimos fruta entera, a mordiscos y encima para sustituir a otros alimentos menos saludables, los beneficios de la fruta están asegurados a cualquier hora.
Eliminar los hidratos por completo (y señalar a la pasta como gran enemigo de la pérdida de peso)
Los hidratos - con especial fijación en la pasta - se han señalado como los grandes enemigos de las dietas y la pérdida de peso. Sin embargo, una dieta de adelgazamiento puede incluir pastas y carbohidratos sin que haya ningún problema. Lo único que debemos fijarnos es en el tipo de hidratos de carbono que elegimos.
A la hora de elegir carbohidratos es recomendable que optemos por los hidratos complejos, cuya liberación de glucosa es más lenta, permitiendo metabolizarlo adecuadamente. Para ello, deberíamos optar por harinas integrales y cereales enteros y alejarnos de las harinas y cereales refinados.
Optar por consumir refrescos light
Otro de los errores que más habitualmente se ve es encontrar a personas que, por estar a dieta, eligen consumir refrescos - y otros alimentos - light, creyendo que eso les va a ayudar a perder peso. La mala noticia es que no parece que esto sea verdad. Es más, en algunos casos parece que incluso puede generar que aumentemos de peso.
Este tipo de productos no dejan de ser alimentos ultraprocesados, sin ningún tipo de nutriente y que, además, contienen edulcorantes. Estos edulcorantes pueden alterar nuestro umbral de dulzor provocando que tengamos mayor apetencia de alimentos dulces y están asociados con una mayor sensación de hambre y con mayor índice de grasa abdominal.
Tanto para nuestra salud, como para nuestro peso, las bebidas más adecuadas son el agua o las que están hechas a base de agua: tés, infusiones, aguas de sabores (sin azúcar) o agua con gas.
Consumir suplementos o sustitutivos de comida
Estoy segura de que los habéis visto en supermercados, herboristerías e, incluso, en farmacias. Los suplementos para la dieta y los sustitutivos de comida - en forma de barritas, batidos, etc. - están por todas partes y pueden resultar tentadores.
Sin embargo, no suelen funcionar para ayudarnos a perder peso y sí para que la dieta nos salga a un precio bastante alto. Muchos de estos productos contienen grandes cantidades de azúcares, no nos aportan nutrientes, sustituyen a alimentos saludables y no nos enseñan a comer de forma más saludable a largo plazo.
Además, con una alimentación adecuada y equilibrada podemos llegar a todas nuestras necesidades nutricionales sin necesidad de suplementos que, además no parecen ser eficaces - la población española no parece tener deficiencias en vitaminas, etc. - excepto la B12 en el caso de personas veganas -.
Alejarnos de todas las grasas, incluidas las saludables
Un poco como ocurre con los hidratos de carbono, cuando nos ponemos a dieta tendemos a huir de todas las grasas. La rumorología sobre dietas sugiere que alimentos como los frutos secos o el aguacate son muy grasos y, por tanto, no se podrían consumir en una dieta.
Por suerte, esta creencia no podría estar más alejada de la realidad. Efectivamente, en una dieta saludable - no solo para perder peso, sino por salud - deberíamos alejarnos de grasas saturadas y trans tanto como podamos. Sin embargo, las cosas son diferentes en el caso de las grasas poliinsaturadas como las presentes en frutos secos, aceitunas, aguacates, etc.
En este caso no solo no tenemos por qué retirarlas de nuestra dieta, sino que incluso podrían ayudarnos a perder peso. Por supuesto, en cualquier dieta de adelgazamiento lo básico es conseguir un déficit calórico y, por ello, se debe tener en cuenta cuántas calorías comemos y consumir menos de las que quemamos. Pero eso no quiere decir que debamos retirar las grasas saludables. No solo aportan beneficios a nuestro organismo, sino que nos ayudarán a evitar el antojo de grasas trans.
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