El pan nos ha acompañado, a la gran mayoría de nosotros, desde que tenemos memoria. Uno de mis recuerdos más agradables de la infancia era ir a comprar el pan con mi madre al medio día, después de salir de clase y, por supuesto, no poder llegar a casa sin haber comido un trozo de ese pan tan calentito y crujiente.
Sin embargo, para muchos de nosotros es evidente que, con la proliferación de panes de supermercado y panaderías en las que se vende pan congelado, el pan ya no es lo que era. No es de extrañar, por tanto, que cada vez resulte una tendencia más habitual amasar y hornear nuestro propio pan en casa. Especialmente, si se trata de un pan elaborado con masa madre.
Pocas cosas saben más deliciosas que un pan fermentado con masa madre casera, amasado con nuestras propias manos y horneado en nuestro horno. Y no solo por qué podemos elegir las harinas a nuestro gusto - pudiendo optar por harinas integrales no refinadas - o porque la masa madre le dé un sabor muy particular, sino por la satisfacción de elaborarlo con nuestras propias manos. Tener pan casero está al alcance de todos.
Cómo conseguir masa madre
La masa madre consiste en un cultivo de levaduras y bacterias que podemos elaborar en nuestra propia casa. La idea es mezclar harina - la que sea de nuestra preferencia,pero siempre integral - con agua hasta que obtengamos una masa fluida. El agua debe ser preferiblemente mineral, pero si elegimos agua del grifo debemos dejarla reposar una hora antes de utilizarla para que el factor cloro no sea un problema.
A la hora de hacer la mezcla debemos mezclar la misma cantidad de harina que de agua y remover hasta consegur una masa que sea homogénea. Una vez hecho esto basta con tapar el bote en el que estemos elaborado la masa madre y dejarlo reposar 24 horas. Los siguientes días debemos ir añadiendo harina de fuerza y agua y retirando parte de la mezcla inicial que realizamos, tal y cómo nos cuentan nuestras compañeras de Directo al Paladar.
Elaborar un pan casero de forma sencilla
Una vez que ya tenemos nuestra masa madre, la podemos utilizar para elaborar nuestros panes caseros, en sustitución de las levaduras artificiales. Lo especial de elaborar el pan con masa madre es que esta genera la aparición de unas bacterias y levaduras concretas que ayudan a fermentar los azúcares de la harina haciendo que aparezcan elementos como la maltosa.
Además, el pan que obtengamos tendrá un sabor ligeramente más ácido y su cortezaserá un poquito más oscura y más dura. Pero la principal ventaja es que nos aseguraremos de estar comiendo un pan de fermentación lenta, lo cual nos beneficiará al consumirlo. Un pan de fermentación lenta, elaborado con harinas integrales y sin levaduras artificiales no generará picos tan altos en nuestro índice glucémico al consumirlo y nos saciará más y mejor.
Desde Directo al Paladar nos proponen dos recetas sencillas y sabrosas para iniciarnos en el horneado de pan en nuestras propias casas. Una de ellas nos servirá para elaborar pan de trigo y centeno integral, mientras que la otra nos ayudará a hacer un pan de fermentación lenta desde cero. Sea cómo sea, cuando probamos un pan horneado en nuestra propia casa, ya no queremos volver a comprarlo fuera.
Imágenes | @lacocinadeirene
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