Estamos a poco más de un mes de la llegada del verano y, con el buen tiempo, ya han llegado las primeras incursiones en las playas, piscinas, y cualquier otro lugar donde podamos refrescarnos de temperaturas imposibles. Con ello también llegan las preocupaciones por nuestro peso y nuestro aspecto físico.
Es por ello que, en estas fechas, comienzan a aparecer multitud de dietas y es posible que nos sintamos tentadas de caer en alguna de ellas como método para intentar perder peso de manera rápida. Sin embargo, sabemos que muchas de esas dietas milagro no solo no son efectivas, sino que no son seguras. Pero con otras dietas, pueden que nos surjan dudas, y ese es el caso de las dietas disociadas, una de las dietas más conocidas que hasta celebrities de la altura de Kate Winslet siguen.
Qué es la dieta disociada
La dieta disociada tiene la base en un método propuesto por Michel Montignac. Este método se basaba en diferenciar los alimentos en diversos grupos y después seguir unas reglas concretas para poder combinarlos. El problema de este método es que no existía ninguna evidencia científica que lo avalara, sino que estaba basado en pruebas que hacía Montignac con su familia.
Sin embargo, y a pesar de esa falta de evidencia científica, las dietas disociadas se han puesto de moda y podemos encontrar varias diferentes, pero que siguen la misma premisa: dividir los alimentos en base a sus nutrientes y, además, una organización muy concreta sobre cómo se pueden mezclar dichos nutrientes.
Lo más habitual es que los diferentes grupos se dividan en macronutrientes: glúcidos, proteicos y neutros. Y las normas suelen indicar que no se pueden mezclar proteínas con hidratos, o proteínas con grasas. Tampoco se pueden mezclar diferentes tipos de frutas y no se pueden comer hidratos a partir de las seis de la tarde.
La dificultad de dividir los alimentos en nutrientes concretos
Uno de los problemas principales que presentan este tipo de dietas es que son casi imposibles de cumplir al 100%. Para empezar, debemos tener en cuenta que los alimentos son, en su mayoría, una combinación de nutrientes y macronutrientes diferentes. Por ello, a la hora de seguir una dieta disociada nos encontraremos con que es prácticamente imposible encontrar alimentos que estén formados por un solo nutriente.
Las investigaciones que existen con respecto a las dietas disociadas no han encontrado, efectivamente, que tengan ningún tipo de eficacia diferente o especial con respeto a otras dietas que podamos seguir, tal y cómo nos cuentan nuestros compañeros de Vitónica.
Provoca un déficit de calorías, pero no son la opción más saludable ni sencilla
Igual que en el caso de otras muchas dietas, la dieta disociada puede conseguir que alcancemos un déficit calórico - comemos menos calorías de las que consumimos - y por ello hará que bajemos de peso. Pero no tiene nada que ver con la separación de alimentos en base a sus macronutrientes ni con la capacidad de nuestro sistema digestivo de digerir al mismo tiempo alimentos con macronutrientes diferentes.
La realidad es que nuestro organismo está perfectamente preparado para esa tarea y las enzimas involucradas en la digestión funcionan con total normalidad aunque los alimentos estén mezclados. Se trata de una dieta que resulta muy complicada de seguir, dado que suelen tener normas muy complejas. Llevar a cabo esta dieta a largo plazo resulta complejo y puede ser muy restrictivo.
Por ello, a la hora de perder peso y de mantener una alimentación saludable, nuestra mejor opción es aprender hábitos de alimentación saludable, basados en un mayor consumo de frutas, verduras, semillas, frutos secos y cereales enteros, que podamos mantener a lo largo de toda nuestra vida. La mejor dieta es no hacer dieta.
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