Con la llegada del nuevo año, muchos nosotros nos ponemos diferentes propósitos para cumplir a lo largo de los próximos 12 meses. Entre estos propósitos, cuidar nuestra salud y perder peso suelen ser algunos de los más habituales.
No es de extrañar, por tanto, que las diferentes dietas existentes sean una de las búsquedas más habituales en Internet. Algunas de ellas han sido muy populares durante 2019 y prometen volver a serlo en 2020. Sin embargo, no todas son saludables ni buenas opciones. Esto es lo que sabemos sobre algunas de las dietas más populares.
Dieta cetogénica o keto
La dieta cetogénica o keto fue durante el año pasado - y tiene toda la pinta de que va a seguir siendo - una de las dietas más buscadas y más seguidas. Todo lo que tiene que ver con la dieta keto despierta muchísimo interés en la gente.
La idea detrás de esta dieta es que se reduzca al mínimo posible el consumo de carbohidratos y sustituirlos por proteínas. El fin es conseguir, gracias a la reducción de hidratos de carbono, que nuestro cuerpo alcance el estado conocido como cetosis. De esta manera se conseguiría que nuestro cuerpo aumentara su gasto de lípidos y la quema de grasas.
Y, efectivamente, esta dieta puede ayudarnos a perder peso, pero no está recomendada ni para todo el mundo ni a largo plazo. El motivo principal es que es una dieta complicada de llevar y que, si nos pasamos, podemos acabar en cetoacidosis, lo cual resulta peligroso.
En concreto, se trata de una dieta recomendada en casos de importante obesidad, durante las primeras semanas, ya que permite una importante reducción de peso. Y, posteriormente, se implantaría otro tipo de estilo de alimentación que se pudiera llevar a largo plazo. Si queremos seguirla es importante que consultemos con nuestro médico primero y que estemos bien controladas por un nutricionista.
Dieta mediterránea
Cualquiera que viva en España conoce o ha escuchado hablar de la dieta mediterránea. En teoría, se supone que es el estilo de alimentación que llevamos en nuestro país y otros países mediterráneos. La realidad, sin embargo, es que durante los últimos años la dieta occidental se ha ido introduciendo en estos países y modificando nuestra alimentación hacía un estilo menos saludable.
Sin embargo, la dieta mediterránea tradicional sí que es perfectamente saludable, puede ayudarnos a perder peso y a mantenerlo posteriormente. Este tipo de alimentación se basa principalmente en el consumo de vegetales y frutas de temporada. Además, se consumirían grasas, pero siempre de buena calidad y monoinsaturadas - como el aceite de oliva -.
Esta dieta también supone reducir el consumo de carne y aumentar nuestro nivel de actividad física. Para seguirla correctamente tendríamos que eliminar los alimentos ultraprocesados, los snacks, las grasas saturadas, los aceites poco saludables, la bollería, etc., de nuestra dieta.
Dieta détox
Las dietas détox nos visitan cada temporada. Todo es détox y ya sabéis lo que se dice: "cuando todo es détox nada lo es". Efectivamente, por más fama que tengan las dietas "détox" y más publicidad les den, la realidad es que no solo no nos van a ayudar a adelgazar, sino que tampoco van a ayudarnos a "desintoxicar".
La idea detrás de estas dietas es la de desintoxicar nuestro organismo de toxinas que nos puedan estar afectando, por medio de zumos, batidos y otros productos. El primer problema de esta dieta es que nuestro organismo no necesita que lo desintoxiquemos.
Si en nuestro cuerpo existieran tóxicos, de nada serviría que tomáramos unos zumos y necesitaríamos ir al médico para recibir tratamiento. Lo que sí ocurre es que nuestro cuerpo genera deshechos, pero el propio organismo está perfectamente preparado para eliminar esos deshechos de manera natural.
En definitiva, estas dietas no nos van a desintoxicar, pero lo que sí pueden hacer es generarnos cierto estrés por su carácter restrictivo y, por supuesto, cuando volvamos a comer de manera normal, provocarnos un gran efecto rebote.
Ayuno intermitente
El ayuno intermitente es otro de los grandes protagonistas cuando hablamos de las dietas más famosas del momento. Aunque, en realidad, no se trata de una dieta en sí, sino de un protocolo de alimentación. Lo que sí sabemos sobre el ayuno intermitente es que, aunque no es para todo el mundo, sí que presenta evidencias científicas de ayudarnos a perder peso y mantenernos en uno saludable.
Además de eso, esta relacionado con una reducción del riesgo de mortalidad, retraso del envejecimiento y mejora de los niveles de colesterol, entre otras cosas. La idea detrás del ayuno intermitente es que reduzcamos el número de comidas que hacemos al día y que se concentren en menos tiempo.
En total tendremos que consumir la calorías que necesitemos - para ello tendremos que hacer el cálculo - pero al reducir el tiempo de comidas es más difícil que nos pasemos. Existen diferentes tipos de ayunos intermitentes y lo mejor es que un profesional nos oriente a la hora de elegir el que más nos conviene y que tengamos muy en cuenta el tipo de alimentos que consumimos.
Dieta DASH
La dieta DASH se ha hecho famosa en los últimos años como dieta de adelgazamiento, pero la realidad es que se trata de una dieta médica pensada para controlar la hipertensión arterial. En cualquier caso, las evidencias científicas encuentran que puede ser de utilidad para ayudarnos a perder peso.
Esto se debe, principalmente, a que promueve el consumo de alimentos frescos. Entre otras cosas, con esta dieta comeremos principalmente legumbres, frutas, cereales integrales, verduras, lácteos, carnes magras y pescados. Es una dieta saludable y segura.
Dieta disociada
Otra de las dietas más conocidas del momento y más repetidas y utilizadas a lo largo y ancho del mundo. Sin ir más lejos, Kate Winslet podría seguir esta dieta. Así de famosa es. La idea detrás de esta dieta es casi tan complicada como conocida: separar los alimentos en diferentes grupos - planteados por Michel Montignac - en base (en teoría) a sus nutrientes.
Posteriormente, se trata de consumirlos haciendo combinaciones complicadas entre los diferentes grupos en las que algunos se pueden mezclar, pero otros no. Las reglas son bastante complejas, lo que hace de ella una dieta muy complicada de seguir.
Pero es que, además de eso, esta dieta presenta otro problema: la mayoría de alimentos no contienen un único nutriente. Es más, muchos alimentos contiene nutrientes que según esta dieta no se podrían combinar.
En cualquier caso, no existe ninguna evidencia de que esta dieta tenga beneficios sobre otros estilos de alimentación dirigidos a la pérdida de peso. También sabemos que las enzimas de nuestro sistema digestivo están perfectamente preparadas para procesar estos nutrientes independientemente de cómo los combinemos.
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