Qué fácil es dejarse llevar por los excesos culinarios de la Navidad y qué difícil combatir sus estragos. Volver a llevar una alimentación sana y equilibrada o hacer dieta, directamente, no es tarea fácil. No obstante, debemos aceptar que las tentaciones y los antojos que aparecen son de lo más humano y normal del mundo. De hecho, para reducir sus efectos y que podamos perder peso sufriendo lo menos posible, la mayoría de planes de adelgazamiento permiten que, una vez a la semana, podamos elegir lo que vamos a comer. A continuación desgranamos qué efectos tiene en el organismo y cómo hacerlo de forma correcta.
¿Qué es una comida trampa?
El objetivo de la comida trampa o "cheat meal" de una dieta es permitirnos liberarnos de sus normas y saltárnosla una vez a la semana. Se trata de una forma de recompensa por el esfuerzo llevado a cabo durante el tiempo que venimos realizándola y una manera de "programar" las tentaciones para un día concreto.
Según los expertos, esto puede ayudarnos, a nivel psicológico, haciendo que las tentaciones sean más llevaderas y nosotros más disciplinados. Además, tiene beneficios en el plano físico, ya que después de algunos días de restricción calórica, el cuerpo puede adaptarse y volver más lento el metabolismo, quemando menos calorías que antes.
Con la ingesta de una "cheat meal" se genera cierto aumento en nuestra hormona tiroidea, la encargada de hacer trabajar más a nuestro metabolismo y que sigamos quemando grasa. Además, también podemos reducir los niveles de grelina, una hormona que incentiva el hambre, reduce la saciedad y promueve el apetito o los deseos de comer más allá de lo necesario. Por último, aumenta la liberación de leptina, una hormona que hace que nuestro cuerpo se mantenga saciado y facilita que metabolicemos mejor los carbohidratos.
Un buen ejemplo lo encontramos en los culturistas profesionales, que hacen un día trampa para que el cuerpo se sorprenda y así no acumule tanta grasa. Sin embargo, para hacerlo correctamente, y no echar por tierra el trabajo del resto de la semana, existen algunas consideraciones a tener en cuenta.
La mejor forma de hacerla
Para empezar, existen algunas dietas como la Dukan, la Atkins, la dieta de la alcachofa o la baja en calorías en las que no está permitido saltarse la dieta ni un sólo día y en las que el concepto de día trampa no sirve.
Si nuestra dieta lo admite, no hay que olvidar que se trata de saltarnos el régimen una sola vez y no aprovechar para que todo el día sea de trampa. De hecho, esto haría que se perdiera cualquier beneficio que la cheat meal pueda tener.
Lo más recomendable es hacer una comida alta en carbohidratos, más que abundante en grasas trans. También que tenga algo de proteínas y que consumamos solo la ración que nos sacie, sin abusar.
Lo cierto es que la comida trampa puede ser una carta muy útil para gastar en un evento o salida ya que nos permite comer lo que deseamos sin dejar de lado nuestro intento de perder peso cuidando la salud.
Aunque mucha gente se la reserva para el fin de semana, para obtener todos sus beneficios, lo ideal sería hacerlo un día que vayamos a entrenar. De esta manera, no solo tendremos más energía para el entrenamiento, también nos aseguramos de quemar mejor los carbohidratos ingeridos.
Fotos | Unsplash
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