Status quo. La Semana de la Moda de París parece que empieza sin demasiados golpes de efecto al frente de las maisons más esperadas: si en Balenciaga veíamos las ya clásicas construcciones tecnológicas de Ghesquière, Christophe Decarnin, en vista del éxito de sus últimas colecciones para Balmain, ha decidido quedarse a vivir en el país de los minivestidos brocados, mordidos, armados y con flecos; de los pitillos de cuero; y de los blazers ecuestres, militares y barrocos.
Sus más acérrimas fans deben estar locas de contentas, y al menos el próximo Otoño-Invierno 2010/2010 se ahorran las camisetas harapientas.
El color oro lo domina todo. Y no solamente de noche.
De día encuentra su mejor aliado en el estampado animal.
Y se integra además de en pantalones estrechísimos, en chaquetas de manga francesa.
Una de las novedades del Balmain del próximo otoño-invierno 2010/2011 es la abundancia de trajes al estilo años 70: brocados, de lamé brillante, o con raya diplomática en hilo dorado.
Éste que lleva Camer Kass por ejemplo, me encanta.
Decarnin no se olvida para nada de las chaquetas militares de inspiración cosaca que no se han quitado Anna Dello Russo y demás voguettes en todo el invierno pasado. Las ha vendido “como churros”, y se las seguirán quitando de las manos.
En Trendencias | Balmain Primavera-Verano 2010 en la Semana de la Moda de París