Chanel Métiers D'Arts Pre-Fall 2009

Cuando ya creíamos que hasta febrero no habría más colecciones, llega Karl Lagerfeld, e inaugura el pre-fall 2009 con su colección Métiers d’Arts, que este año ha bautizado con el nombre de París-Moscú, una fórmula a medio camino entre la Alta Costura y el prêt-à-porter que se inventó Lagerfeld en 2002 a modo de colección limitada que reflejara las mejores dotes de la maison.

Sí, el colmo del adelantamiento. Como ya sabéis, además de las colecciones ordinarias, dos al año, tenemos las colecciones resort o crucero, y las colecciones pre-fall, que se presentan a mitades de otoño, para el invierno siguiente. Por aquello de que hace mal tiempo, y las clientas no compran todavía la colección de verano. Lo mismo que el crucero, que se presenta a las puertas del verano (mayo/junio), porque la colección que toca por fechas, lleva presentada desde el septiembre anterior, y ya cansa.

En fin. Un lío tremendo. Quedaros con que lo único que se busca con esto, es vender más, y resulta que la cosa funciona porque paradójcamente las grandes firmas suelen aumentar sus ingresos gracias a estas colecciones puente que no tienen fecha fija y son un contínuo goteo. En el fondo, mejor, porque así no hay tiempo para el aburrimiento.

Si el año pasado el lugar elegido fue Londres, éste, Karl se ha quedado en París pero se ha traído al Imperio Ruso bajo el brazo. Pasen y vean.

El resultado es una colección que no se deja ni un solo detalle del folclore ruso en el cajón: hay abrigos de astracán, casacas, brocados, pantalones bombachos, aires cosacos, oros y joyas típicas del imaginario eslavo.

Los detalles de piel en mangas, botas, cuellos y sombreros, son un motivo recurrente.

Y las modelos parecen salidas de una obra de Tolstói o de la celebérrima película Doctor Zhivago.

Lagerfeld ha confesado que es un enamorado de los colores y la historia Rusa. Catalina la Grande y Fabergé han sido dos de sus grandes referentes.

A ella, que bajo su mandato logró expandir Rusia al Norte, al Sur, al Este y al Oeste, le dedica sus clásico trajes de chaqueta tweed, en versión aire militar.

Las propuestas de Lagerfeld son una detrás de otra minuciosamente espectaculares.

Y no faltan concesiones al futurismo: Karl se inspira en la historia sin anclarse en el pasado.

Y lo mejor, como siempre, llega cuando cae la noche.

Sencillamente: bravo.

Fots | WWD

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