Antonio de Felipe es un artista que nació en Valencia en 1965, pero que lleva viviendo en Madrid más de veinte años, desde donde dio su salto internacional. A principio de los 90, Antonio de Felipe se hizo muy popular por sus famosas vacas - unas figuras de cartón piedra que reproducían el aspecto y el tamaño de unas vacas de tamaño natural -, a las que personalizaba mediante el empleo de imágenes tomadas prestadas de la publicidad, utilizando para resaltar el aspecto kitsch de todos estos productos de consumo grandes dosis de ironía.
Antonio suele decir que es un artista con suerte, y que como todos los artistas con suerte sufre la maldición de ser uno de los más copiados porque su obra gusta y funciona. También se vanogloria de haber sido uno de los primeros en rescatar la figura de Audrey Hepburn como icono Pop de finales de los 90.
Creando escuela
Cuando se pasea por el Rastro madrileño o ve en los chinos reproducciones malas de su obra siente una especie de sabor agridulce. Sus obras se han transformado en una publicidad subliminal que ha llegado a convertirse en una imagen de marca. El problema es que al popularizarla, la gente ha acabado quemándola por saturación.
Antonio cumple este año los cincuenta, y da la cuasualidad de que celebra también el 25 aniversario de su primera exposición. Para él el arte es como un sacerdocio que ocupa su mente y toda su actividad pues, al no dejar de recibir imputs que le inspiran, todo gira en torno a él. Es una forma de vida.
Me comenta Antonio mientras le entrevisto que es el menor de cinco hermanos y que ya desde pequeño apuntaba maneras. Cuando todavía era un crío, un día le dio por coger un frasco de Kanfort (limpia zapatos líquido) y se embadurnó entero con él. Su madre todavía se lo recuerda pues le dio un susto de muerte, pues al secarse, como era de color marrón, parecía sangre. Y sus hermanos no hayaban cómo esconder sus lápices pues todo lo pillaba. Su familia siempre le ha comentado que sabían que acabaría siendo un gran artista.
Lo bueno de tener una vocación tan marcada, continúa explicándome Antonio, es que eso te ayuda a enfocar las energías, a dedicarte en cuerpo y alma a tu gran pasión, a intentarle sacarle el mayor partido posible, aunque para lograrlo te veas obligado a explorar todas tus capacidades.
En opinión de Antonio, el talento es fundamental, pero hay que educarlo, no perder nunca la curiosidad e intentar superarte día a día, aunque sea diversificándote y haciendo otras cosas (Antonio ha trabajado en el cine y en la publicidad).
Con su famosa serie de vacas, Antonio tocó temas pertenecientes a la cultura popular. Fue como dar un salto para intentar llegar más allá, pero sin abandonar nunca su camino. Antonio confiesa ser una rata de estudio, que pasa muchas horas dedicándose a lo que más le gusta, pintar. Pero también es un disfrutón, o así por lo menos suelen llamarle sus amigos, ya que además de la creación, le apasiona también todo lo relacionado con la exhibición. Es decir, le encanta hablar con la gente que acude a ver sus exposiciones, explicarles su obra. En ese sentido no es nada áspero ni perezoso. Su obra es cercana y su persona también. Y, como le encanta lo que hace, lo vive con mucha intensidad.
Para Antonio, la obra de un artista es un reflejo de su personalidad y también de sus emociones. Gente que pinte bien hay mucha, pero gente capaz de dar vida a una obra que llegue a la gente, esa escasea más. Antonio confiesa darse por completo, y eso es algo que la gente nota y agradece.
Antonio de Felipe es como las Olimpiadas, reaparece cada 4 años
Al comentarle que le tenía perdida la pista desde hacia casi un lustro, Antonio me confiesa que es como las Olimpiadas, que vuelven a estar en el candelero cada cuatro años. El tiempo que necesita para preparar y trabajar en sus nuevas series. Sin embargo, aunque no ha parado de trabajar, tampoco lo ha hecho de viajar. Durante este tiempo ha estado 4 veces en Miami y ha expuesto en Munich, en Austria, Lima, Luxemburgo, Suecia, Berlín y también por toda la geografía española.
Un proyecto que le divirtió mucho fue una acción organizada por Gloria y Emilio Estefan. El Miami Marine Stadium era un estadio deportivo construido por un arquitecto cubano que estaba a punto de ser derribado. Gloria y su marido contrataron a un montón de conocidos graffiteros para que con su arte rehabilitaran las paredes del edificio.
En Miami también conoció a Adriana Castro, una diseñadora de bolsos colombiana que vende sus elaborados a todas las celebrities. Adriana le propuso una joint-venture a la que no supo negarse, de resultas de la cual han creado una capsule collection a través de la cual Antonio de Felipe ha personalizado una serie de fantásticos bolsos fabricados en pitón.
De momento, sólo han expuesto estos prototipos durante la Art Basel de Miami, y las críticas fueron tan buenas que han decidido crear una serie de bolsos pintados a mano que se venderán como las auténticas obras de arte que son, y otra serie industrializada gracias a la cual se podrá adquirir estos bolsos a precios más populares dentro de un año.
20 años versus 20 días
Mientras hablábamos de unas cosas y otras, Antonio me confesó que con el paso del tiempo se había dado cuenta de lo importante que fue para su crecimiento personal como artista su vertiente publicitaria en una época en la que no existían ordenadores. Por eso el siempre que le preguntan dice que estudió dos carreras: Bellas Artes y publicidad.
Cuando le pregunté cómo había pasado de pintar a Audrey Hepburn a los reyes, Antonio me explicó que cuando el príncipe Felipe cumplió 40 años, los responsables de ABC se pusieron en contacto con él pues querían a alguien de su misma generación que lo retratase.
Cuando, el pasado 6 de diciembre, los de LOC (La Otra Crónica de El Mundo) publicaron el resultado del cuadro pintado por Antonio López de la Familia Real, también se pusieron en contacto con él para que diese su versión de cómo los veía él, pero con una mirada más actual.
Antonio confiesa que le hizo muchísima ilusión el encargo pues siempre le ha gustado pintar caras (ha pintado a Ángela Molina en Carne Trémula para Almodóvar, a Agatha Ruiz de la Prada, a Elena Cue y a un montón de famosos). Los responsables de LOC publicaron las dos obras a doble página dentro de un registro muy concreto que respondía a la idea del resultado obtenido después de trabajar en una obra 20 años y en la otra 20 horas. Risas.
Antonio se considera un cronista de su tiempo, y confiesa que le encantaría poder pintar a la reina Letizia pues comparte con ella su afán de superación, su perfeccionismo y también su ambición. En España el ser ambicioso se concibe siempre como algo peyorativo, para Antonio es el enfoque correcto que obliga a no conformarte con lo que ya tienes, a exigirte más, a mantener tu mente alerta ante las cosas nuevas porque cuanto mejor formado esté uno, mejores serán sus capacidades.
Le pregunté si la conocía en persona, y me dijo que había coincidido con ella una vez en ARCO cuando todavía era presentadora de Televisión Española. Y la comparó con Máxima Zorreguieta porque aunque cada una tiene su propio estilo, ambas son súper carismáticas.
Próxima cita: Abril, Casa de Vacas (El Retiro)
Antes de despedirnos, Antonio de Felipe me comentó que está preparando una importante exposición que se podrá ver del 1 al 29 de abril en la Casa de Vacas de El Retiro de Madrid. No me quiso decir el título de la exposición, sólo me adelantó que el mejor adjetivo para definirla sería el considerarla, ante todo, Excesiva con mayúsculas, y también que mostraría mucho del Antonio de Felipe artista, tanto por dentro como por fuera. Una serie muy auténtica en la que se podrá apreciar la evolución de un artista que ahora cumple 50 años y celebra también el 25 aniversario de su primera exposición.
Sitio oficial | Antonio de Felipe
