Esta temporada otoño-invierno 2008/2009, los diseñadores se han esforzado en realizar prendas muy ornamentadas y artísticas, con tanto detalle que resultan tremendamente barrocas. Han apostado por telas laboriosas como el encaje, por los brocados, por detalles como los volantes y los lazos, y, en cuanto a siluetas, han creado nuevas formas gracias al manejo de los cortes, de los volúmenes y de las telas rígidas, con un preciosismo casi arquitectónico.
Los volúmenes se centran en destacar los brazos, pero también el cuello y las caderas. Giambattista Valli esconde el cuello con un abrigo que parece la crisálida de una mariposa, mientras que Amaya Arzuaga destaca unos hombros en una silueta masculinizada.
En Etro, el vestido negro coge volumen en los hombros y los brazos gracias a unas curiosas púas de puercoespín. El animal que han optado por imitar en Fendi ha sido el escarabajo con este curioso abrigo negro.
Destacan también los diseños de Gareth Pugh por su aire futurista, que crean caprichosas formas alrededor del cuerpo como si de robots cyborgs se trataran. También en Balenciaga miran hacia el futuro, con unas mangas que forman unas siluetas redondeadas.
Los drapeados también crean volúmenes caprichosos en los hombros, como en los vestidos de Louis Vuitton Marc Jacobs, con mangas elevadas, o a modo de flores, como se vió en el desfile de Missoni.
Las caderas se destacan con faldones a modo de tutus de bailarina o de minifalda de patinadora, como con este vestido de Etro (que sólo se ha atrevido a llevar Beyoncé) o este faldón de encaje negro de Prada.
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