Ligereza. Esa es la palabra que me inspira la colección crucero 2009 de Donna Karan. Y es que los tejidos, formas y volúmenes utilizados por la creadora americana evocan delicadeza, sutileza, y casi ingravidez. Claman al romanticismo.
La paleta de colores ratifica la estética casi poética que ha querido recrear la diseñadora: tonos maquillaje, rosas palo y nude. Las modelos parecen Maria Antonietas salidas de su Long Island natal, tan cándidas e ingenuas, son casi como espíritus; los maravillosos gowns de seda que visten, son de una liviandad que asusta.
No sabe uno muy bien si está ante un desfile de ropa de calle o la prologación de un desfile de ropa interior, y es que es una colección de lo más íntima y personal.
Cómo únicos motivos decorativos encontramos lazos, plumas, y algún que otro brocado en blazers, pero a pesar de incorporar tanto color pastel y tanto detalle casi infantil, no cae en lo empalagoso ni en lo cursi. El negro y el fúcsia matizan una serie de propuestas encantadoras y tímidamente sugestivas.
Via | the fashion spot
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