El Dior de Raf Simons


Así recibía la web de Dior a su nuevo Director Creativo, que se hará cargo de la Alta Costura, prêt-à-porter y complementos. Con una foto de presentación en la que deliberadamente se busca el parecido con el creador de la marca y se marca al tiempo distancia con el barroco, genial y siempre excesivo predecesor John Galliano. Una foto que quizás le esté marcando ya la ruta que deberá seguir Raf Simons y que acompaña a una nota prensa en la que destacan los puntos en común de ambos diseñadores: su amor por el arte y su ausencia de estudios específicos de diseño.

Resulta curioso que el último despedido en este baile de sillas que ha vivido el mundo de la moda en este pasado año, y es que cómo olvidar sus lágrimas al salir a saludar tras su último desfile en Jil Sander, sea el sustituto del primer despedido. O quizás sea simplemente el signo de los tiempos en que vivimos, en el que las personas ocupan un lugar secundario tras la cuenta de resultados.

El primer examen lo pasará en julio con la asignatura más complicada, la Alta Costura, esa en la que Galliano siempre brillaba especialmente y en la que Gaytten, su sustituto hasta la llegada de Simons, tuvo los mayores patinazos y críticas.

Y es que la apuesta de Dior ha sido bastante arriesgada pero a la vez muy valiente visto el currículum del belga: con una formación académica en diseño industrial, comenzó diseñando para hombre en los 90 y no fue hasta su paso por Jil Sander cuando comenzó a hacerlo para mujer, y siempre en un estilo minimalista pero sin miedo al color. Supo adaptarse a los códigos de la marca para la que diseñó y que ha tenido que abandonar de forma tan abrupta por la vuelta de la creadora a su marca y probablemente no tendrá problema para hacerlo con el estilo de Dior cuyas bases están ancladas en siluetas de los años 40 y 50, y como ha declarado al New York Times considera “el periodo de 1947 a1957 en Dior como extremadamente interesante“ y que como se puede comprobar en sus dos últimas colecciones para Jil Sander no están muy alejadas de su vocabulario estético.

Simons cuenta con una baza importantísima a su favor y es la elegancia que desprenden todas y cada una de sus prendas. Y es que esa probablemente será la caracterísitca que impregnará su etapa en Dior: una elegancia atemporal y a la vez muy moderna, base de su estilo y que hará que su reinterpretación de la silueta Bar, un clásico ya en los diseñadores de Dior ya que nadie se plantea que Simons pueda optar por una ruptura total con el legado de la casa al estilo de Tisci en Givenchy, porque su propio estilo ya supondrá un vuelco con el de Galliano, que cambió por completo el espíritu de la maison al convertir sus desfiles en un espectáculo “bigger than life“ y que demostraron ser la mejor estrategia para vender bolsos, perfumes y barras de labios durante más de una década.

Ahora entramos en una nueva etapa, la número seis. La época belga. Quizás el minimalismo flamenco sea lo que la moda y los millonarios rusos y asiáticos necesitan. Y Dior probablemente también. Julio está a la vuelta de la esquina y pronto saldremos de dudas.

Fotos | Gtres Online, Dior
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