Tener delante tuyo a uno de los grandes mitos de la moda es una experiencia increíble, y más cuando la admiras profundamente por su trabajo y por la mujer que es. Además, Diane von Furstenberg es una mujer divina, guapísima y estupenda a sus años, y que respondió a los medios con gran profesionalidad, a pesar de haberse dado un gran castañazo minutos antes (tuvo una inoportuna caída). Ella forma parte de la exposición Los belgas, una historia de moda inesperada que podrá visitarse durante todo el verano en el Bozar de Bruselas.
Por supuesto, en el rincón dedicado a la princesa belga no puede faltar su wrap dress, el vestido que la dio a conocer en todo el mundo, ni su famoso cuadro pintado por Andy Warhol en la época mayor auge de la discoteca de Studio 54. Ella tuvo la suerte de poder vivir aquello en primera persona.
¿Qué hace a la moda tan importante?
La moda es lo que la gente lleva, aunque no existiera la moda y el diseño, seguiría habiendo moda y ropa. La gente ama la moda. Además, refleja la visión, el paisaje del momento. También es una gran industria, que de una manera directa o indirecta involucra a casi el 25% de la población mundial de alguna manera u otra, como productores, diseñadores, fabricantes, distribuidores, etc.
¿Qué es lo que más te gusta de la exposición Los belgas?
Lo maravilloso de esta exposición es el punto de vista, porque en lugar de mostrarse como una clase magistral, como algo que está en un museo, puede ser visto con originalidad, sentido del humor, haciendo que la gente quiera interesarse por la moda belga y conocer algo más de ella.
¿Te sientes parte de la moda belga?
No me siento parte de la moda belga, pero tampoco parte de la moda en general.
Cuando tenía 20 años, no tenía vocación por la moda, tampoco acudí a ninguna escuela para formarme, yo no sabía a qué me iba a dedicar, pero sí tenía claro el tipo de mujer en la que me quería convertir: independiente, autónoma...Empecé a trabajar con dos fábricas italianas, una hacía pañuelos muy coloristas, eran unos artistas. La otra fábrica era de medias, trabajaban con Dupont, hacían cosas como camisetas interiores con viscosa y nylon. Uní ambas cosas, de la camiseta pasamos a los vestidos estampados. Llegué a ser diseñadora de moda en los años 70 por casualidad. La primera maleta que llevé a Nueva York llena de vestidos se vendió por completo y tuvo mucho éxito.
En los 80, la moda belga se hizo muy famosa, pero era completamente diferente a lo que yo hacía. Me sentía intimidada con ella y no creo que yo fuera parte de esa moda belga. Sin embargo, tiempo después llegué a conocer a los diseñadores, me hice amiga de ellos, y ya no me sentía intimidada por ellos. Me siento muy humilde y muy feliz de formar parte de esta exposición, porque yo nací aquí y me crié a escasos metros de este centro de arte y exposiciones. Me sigo sintiendo belga.
¿Diane von Furstenberg es algo más que el wrap dress?
Por supuesto, ya no hago tantos wrap dress, no quiero que me asocien sólo con un vestido. Mi estilo es effortless, sexy, algo que puedas llevar en una maleta para vestirte en cualquier momento.
¿Cómo ves la voz belga en el mundo?
Bélgica es un país muy interesante, pequeño, pero que tiene mucha influencia en el arte, la arquitectura, la moda o la cultura en todo el mundo. Viene gente de todos los países a estudiar moda en las escuelas belgas de Bruselas y Amberes. Hay sitio para la locura, el coraje, el sentido del humor y la creatividad. La situación de Bélgica en medio de Europa ha hecho que el país sea un cruce de culturas. No tenemos una tradición propia, no tenemos una lengua propia, así que hemos aprendido de los demás.
¿Cómo se ve Diane von Furstenberg en la actualidad?
Ser joven en los años 70 fue muy divertido, me encantó haber
vivido aquella época y conocer a esa gente interesante, pero también me gusta haber podido contemplar la tecnología actual y el mundo global en el que nos hemos convertido. Sigo teniendo sueños, soy muy curiosa, y sigo emocionándome al descubrir nuevos talentos y jóvenes diseñadores.
¿Cómo ven la moda belga en Estados Unidos?
En Estados unidos reconocen a los diseñadores belgas como Raf Simons, Martin Margiela o Dries Van Noten, pero no tienen una visión de la moda belga como tal. La exposición Los belgas es maravillosa para poder dar a conocer la moda belga y me encantaría poder llevar la exposición a Estados Unidos.
Ahora se habla mucho del Empoderamiento femenino, y su libro biográfico, The woman I wanted to be, habla mucho sobre el poder de las mujeres, ¿qué puedes contarnos al respecto?
Ahora mismo el feminismo se ha convertido en una de las misiones de mi vida. Los hombres y la mujeres somos completamente distintos, pero somos complementarios. En la mayoría de las industrias las mujeres no tienen la misma voz ni los mismos salarios que los hombres, y continúa habiendo explotación infantil hacia las niñas, así que hay que hacer algo al respecto.
Cuando tienes éxito consigues por un lado la independencia económica, y por otro lado, tienes una voz, y eso supone una obligación y un privilegio para dar voz a los que no la tienen. Además, tu discurso puede inspirar a alguien para convertirse en la mujer que quiere ser. Un solo individuo puede hacer un gran cambio en el mundo.
Como veis, Diane von Furstenberg resulta una mujer muy interesante y cautivadora, ya no solo como personaje importantísimo dentro de la moda sino como mujer fuerte e inspiradora. Fue todo un placer poder coincidir con ella y la agradecemos especialmente el esfuerzo de habernos atendido a pesar de su caída.
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