Giorgio Armani en la Semana de la Moda de Milán primavera-verano 2009

Giorgio Armani lo vueve a hacer. Vuelve a hacer de su pragmatismo chic su bandera. Y no sé que tiene más mérito, ser innovador o mantenerse fiel a sí mismo y no defraudar. Porque al menos Giorgio tiene un estilo muy marcado que ha hecho historia a lo largo de las décadas. Lo que no vale es aburrir antes de tiempo.

Por eso la fórmula de Giorgio no caduca, ni mejora, ni evoluciona: se estanca en el tiempo y en cierto modo de amolda y se adapta con discreción y sin perder nunca su esencia. Y es que Armani es por encima de todo una referencia.

Por eso nunca nos cansamos (o sí...) de sus eternos trajes pantalón, de sus blazersde un solo botón, de sus tonos pastel, de su gris, y de sus tejidos vaporosos.

Lo que prima ante todo es las colecciones de Armani es la sofisticación sin complicaciones, obstáculos o impedimentos, lo que te garantiza este señor es que si compras su ropa 1) Siempre acertarás y 2) Siempre estarás cómoda, y es que sus siluetas son amplias y dejan respirar a la piel; sus tejidos, son de primera calidad, y su patronaje, preciso, limpio y perfecto.

Es una apuesta ganadora que no le da vueltas a receta de la elegancia. Eso si lo que uno entiende por elegante es una mujer discreta.

Desde luego si adquieres una de sus prendas tienes la total certeza de que nunca pasará de moda, otra de las cosas que hace a Armani grande es su atemporalidad. Dice quién viste de él que cuando lo pruebas, ya no lo puedes dejar. Yo por el momento, me abstengo, creo que todavía tengo tiempo de equivocarme y rectificar antes de lanzarme a la piscina con la corrección hecha prenda (esa es la vía fácil). Ser elegante también es arriesgar y hacer de lo aparentemento feo o inconveniente, algo excepcional.

Portada de Trendencias