Tras las críticas cosechadas con su anterior colección, que muchos calificaron de despropósito venido del far-west solamente apto para mujeres excéntricas y anoréxicas, Riccardo Tisci para Givenchy Otoño-Invierno 2009/2010 se aferra a los preceptos de la Alta Costura más que a modas pasajeras y nos ofrece una serie de propuestas inquietantes pero pausadas, deconstruidas, limpias y elegantes.
Inspirado, nuevamente, por la época de la depresión, los años treinta y cuarenta, y con discretos toques a lo Elsa Schiapparelli, Tisci rompe con los esteriotipos que le acechaban anteriormente y pasa de lo monotemático a perfilar distintos tipos de mujer.
Karen Elson e Iris Strubegger reflejan a la perfección la esencia de la fémina Givenchy: ruda y sofisticada. El negro vuelve a ser el color predominante (aunque se combina y confunde con el azul), y los vestidos con hombros armados, las transparencias, los pantalones perfectamente cortados, los trajes de chaqueta, las asimetrías y las plumas como elemento discordante, conforman el grueso de unos diseños con un punto fetichista pero siempre sosegados.
Y sino ¿qué me decís de este maravilloso traje pantalón en color asalmonado?
¿Y los zapatos? Muy boudoir.
El blanco tiene también su sitio a través de tops fantásticos como éste, que es por detrás el de la primera foto.
Es el color también de la pieza más arriesgada de toda la colección: este vestido de encaje con hombreras a la vista y faldón abullonado.
Aunque yo me quedo sin duda con la opción vestido de noche.
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