Las debilidades son en muchas ocasiones universales y los gustos, comunes; aunque también puede ser que los estilistas de Hollywood, beban todos de las mismas fuentes, y esas fuentes se llaman Lanvin, Chanel, Versace, y hoy, más concretamente, Giambattista Valli.
Valli, nacido en Roma y que antes de estar al frente de su propia firma se curtió entre las bambalinas de Fendi, Krizia, y Emanuel Ungaro, dónde llegó a ser director creativo, es un amante de los altos vuelos; lo suyo son los volantes, las siluetas globo, y los contrastes de colores, sus preferidos: el marfil y el fúcsia.
En su etapa al frente de Ungaro aprendió a vestir a las celebrities, y cuando dejó la mítica casa francesa, en 2005, se llevó consigo parte de su clientela; ellas, las estrellas, sus musas, entre las que se encuentra hasta Rania de Jordania, no han dejado de quererle, y le siguen allá dónde vaya, a las pruebas me remito, ¿queréis verlo?
Victoria Beckham es quizás su más fiel seguidora, se reparte entre él y Roland Mouret casi a parte iguales, y es que la verdad es que sus diseños le van como anillo al dedo a la mujer del futbolista más sexy del planeta; son sexys, son clásico, son ajustados y son exclusivos.
Y ella no es la única que sucumbe al chiffon y a la organza perfectamente tratadas por Giambattista, Lucy Liu, se hacía con este modelo de la colección de invierno 2008, en color frambuesa, y algo acortado, inspirado en los años sesenta, para uno de los múltiples estrenos de Kung Fu Panda.
Con una propuesta en el mismo tono, y de la misma colección, veíamos a Charlize Theron en la première de Hancock en Londres, e incluso a la propia Victoria, posando para un editorial de moda.
La cantante Rihanna lucía este precioso vestido largo en color amarillo ácido en la entrega de unos premios no hace demasiado; y le quedaba perfecto; el color, el corte, la caída, el vuelo; un diez.
Mischa Barton, utilizaba como base este vestido de cóctel para disfrazarse de hada en un acto benéfico, y a pesar de que el entorno no era el más adecuado para su lucimiento, imposible no reparar en los maravillosos brocados y lazos de su propuesta.
Mary Kate Olsen se hacía con un total look extremado y de aplicación práctica limitada y lo convertía en uno de los looks más comentados del invierno de entre todos aquellos lucidos en las fiestas de Manhattan;
Jennifer Morrison, una de las protagonista de House, y que de la misma manera que uno de los nuevos fichajes de la serie (una de mis preferidas), Olivia Wilde, tiene un estilazo, lucía así de exquisita un vestido túnica muy cerrado, algo amish, en negro riguroso, y perfectamente complementada.
Katie Holmes, se hacía sin embargo el año pasado con un clásico abrigo camel, en versión renovada.
Y Sandra Oh, protagonista de Grey's Anatomy, se decantaba hace ya algún tiempo por un vestido en colores tierra y estampado africano, y de corte años cincuenta.