Gusto por un enfoque diferente, por una visión de la moda que se aleja a los tópicos de mujer perfecta cual Barbie en un escorzo imposible para lucir como imagen, prendas con estampados originales y una filosofía de hacer las cosas en casa y con calma. La Casita de Wendy sigue creciendo y logrando llegar a un mayor público. A mí me mola, como ya dije al hablar de su catálogo para la primavera-verano 2012, de ahí que hable con Iván Martínez, uno de los creadores de la firma española con la intención de que nos cuente cómo empezaron, sus mayores logros y cómo afrontan el mercado en este momento.
Volviendo al inicio, ¿cómo partió la idea de poner en marcha La Casita de Wendy?
Pues la verdad es que no fue un proyecto, simplemente empezamos a hacerlo y como teníamos ganas y fuimos obteniendo respuesta de la gente la cosa fue creciendo de modo natural. Más que nada echábamos de menos tener cierta ropa y nos pusimos a hacerla. No fue mucho más complicado.
Comenzáis en 1998 como hobby, ¿qué os llevó a estableceros como empresa en 2001?
Sí, empezamos un poco jugando pero vimos que conectábamos con la gente y poco a poco fuimos animándonos dejando nuestros trabajos y finalizando los estudios y gracias al apoyo de amigo y conocidos nos decidimos a montar la empresa.
La idea parte de Inés Aguilar e Iván Martínez, ¿cómo os dividís el trabajo? ¿cuáles son las funciones de cada uno?
Al principio hacíamos los dos todo, pero a día de hoy tenemos que dividirnos. Inés se encarga más de la parte de diseño y comunicación e Iván más de producción y comercialización.
En 2008 se incorpora Brianda Fitz-James Stuart al equipo de La Casita de Wendy, ¿qué supuso su entrada? ¿Qué visión ha aportado a la firma?
Ella trabaja juntamente con Inés así que suponemos que ha enriquecido visualmente a la marca. Ella se encarga de ilustrar los estampados, y otras muchas cosas, pero suponemos que ahí es donde más ha dejado su impronta. Es bastante afín a nosotros pero cada uno va dejando algo suyo en “la casita”.
De todo este tiempo ¿cuáles han sido los mejores momentos con los que os quedáis?
Bueno supongo que ver tus diseños por la calle o a gente a la que admiras, como Björk pero también la satisfacción diaria de hacer lo que quieres.
¿Y cuáles han sido los momentos más duros?
Muchos. Sobre todo mucho trabajo, pero con alegría. Casi lo peor es el contacto con la gente de negocios que solo ven dinero en las relaciones comerciales y no le importan las personas: pero bueno esa es una asignatura pendiente en esta sociedad.
¿Cuál es la filosofía de La Casita de Wendy?
Nuestros principios éticos rigen los estéticos y viceversa.
Vuestra producción se encuentra en España, en un momento en el que se suele tender a externalizarla hacia otros mercados más económicos. ¿Qué os llevó a tomar la decisión? ¿Cuál es vuestro objetivo con ello?
Fabricamos en Europa porque nos gusta trabajar con gente con la que llevamos trabajando desde siempre, que nos ha apoyado y está cerca de nosotros. No tenemos objetivos salvo hacer las cosas como creemos, podríamos decir que es parte de nuestra responsabilidad social corporativa pero lo hacemos porque sí. Nos sale así. Poco más. Además detestamos viajar. No sé, suponemos que el beneficio económico no es el único beneficio posible. No nos interesa mucho el dinero.
Hablando de España: ¿cuál es vuestra recepción entre el público nacional?
Poco a poco la gente ha ido entendiéndonos. Al principio costó mucho pero han pasado casi 15 años, internet, etc. Ya es igual en todo el mundo.
A nivel de ventas, ¿qué supone España para LCW?
Pues nos mantenemos pero la crisis se nota muchísimo. Intentamos ser optimistas pero no pinta bien.
La inspiración en el mundo de los cuentos es clara en vuestra moda.
Bueno nos gustan los cuentos y eso pero muchas veces la gente lo ha entendido desde un punto de vista simple y con pocas perspectivas. Nos gustan los cuentos pero aquellos en los que existe maldad, picardía, reversos. No un mundo naïf y monolítico sin más sino cierta oscuridad, miedo, maldad. Peter Pan no es un niño agradable es un pillo y egoísta. Es un niño y los niños son muy monos pero también son unos cabrones egoístas, para contrarrestar eso se les educa, ¿no?
Nada más comenzar contasteis con el apoyo de Björk. ¿Cómo surge esta relación? ¿Qué es lo que más le gustó a ella de vuestra firma? ¿Qué aportó a LCW?
Coincidimos en Benicassim, ella tocando y nosotros desfilando y tuvimos oportunidad de darle unos vestidos. Suponemos que le gustó esa mezcla de inocencia y maldad, no sé. El caso es que seguimos la relación vamos a verla cuando viene, suponemos que es una niña/adulta. A nosotros nos dio mucha moral y confianza porque ver que alguien así se ponía ropa nuestra nos animó a seguir.
¿Cómo llega una firma española a tiendas como Barneys o Cocktail?
No es tan difícil como parece, fuimos a una feria y allí vinieron estos compradores, les moló y la compraron, aunque hoy han cambiado mucho las cosas, la gente tiene que apostar por lo que cree.
¿Qué supuso la entrada de LCW en este tipo de puntos de venta, por lo general exclusivos, con un gran caché y con un perfil de comprador ya asentado?
Pues la mayoría de edad, tener que hacernos empresa, fechas rígidas, horarios y cierta responsabilidad pero bueno es lo que es.
Habéis diversificado La Casita de Wendy hacia terrenos como el hogar o incluso materiales como cuadernos y ropa de bebé. ¿Son mercados paralelos de los que obtener una rentabilidad complementaria al de la línea principal para lograr sobrevivir?
Sí, nuestro estampados son fáciles de llevar a otros soportes y ayudan a mantenernos y a estimularnos creativamente. Ahora tenemos una línea sólo para internet que se llama “no fear” y en la que tenemos mucha esperanza. Además estamos impartiendo unos cursos de moda en nuestro estudio y es lo que mejor funciona ahora mismo.
¿Hoy en día una marca tiene que tener una tienda online para progresar? ¿Cuál es el peso respecto al comercio tradicional en LCW?
Empezamos hace un año o así y estamos encantados. Puedes llegar directamente al cliente final y el feedback es muy bueno. Además, en el caso de “no fear” puedes vender más barato que si compites con las tiendas físicas. Empezamos con unas ventas de un 10% aproximadamente y nuestra idea es que crezca.
En vuestra tienda online también contáis con un apartado outlet. Desde hace un tiempo este mercado no ha parado de crecer. ¿Cómo lo afrontáis vosotros?
Hacemos campañas con portales de internet que liquidan stocks y funcionan muy bien.
Además de diseñar dividís vuestro tiempo con la docencia. ¿Qué enseñanzas buscáis transmitir a vuestros alumnos?
Suponemos que ánimo en sus proyectos y por supuesto nuestra experiencia. No sólo una enseñanza teórica sino un complemento real de cómo funciona este mundo.
Al estar en contacto con alumnos que en un futuro pueden ser nuevos diseñadores, o personas vinculadas con el mundo de la moda, ¿cuál es vuestro punto de vista de las nuevas generaciones? ¿qué creéis que buscan en la moda y que podrán conseguir?
Hay muchos mitos sobre el diseñador y si quieres ser un diseñador estrella tienes que pensar qué significa eso y si quieres asumir las consecuencias. Intentamos que vean este mundo con más perspectiva y objetividad para que elijan según eso y no cometan los errores típicos de nos aber salir adelante con tu trabajo.
Al mismo tiempo tenéis la iniciativa de El Estudio, donde impartís cursos. ¿Qué buscáis con ella y cómo está funcionando?
Trabajamos en la Universidad Europea de Madrid y el IED como directores del Máster en Diseño textil y Superficies. Nos encantaría tener tiempo para matricularnos ahí y aprender más pero bueno.
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