Mantente pequeño, aunque seas grande

Se encuentra en fase de preproducción una cinta que versa sobre la vida y obra de Alexander McQueen. Protagonizada por Paul Viragh y dirigida por Phillyda Lloyd la directora de The Iron Lady. Viene a cerrar parte del círculo que se empezó a fraguar tras la muerte de uno de los creadores más icónicos y atormentados de nuestra generación. Lee McQueen ya está en los libros de historia de la moda, su biopic viene a rendirle tributo y parece ser que va a estar bien documentada gracias a declaraciones de amigos, familiares y colaboradores.

LVMH el todopoderoso holding de lujo global ha lanzado un concurso para nuevos diseñadores emergentes. La moda se renueva y busca la juventud a la que parece ser que ni siquiera va a dejar desarrollarse ni expresarse al margen de la industria. Imagino que a los que escojan, que deben haber comercializada ya un par de colecciones, no se encuentren aquellos en plena explosión creativa que espero que sean los que realmente marquen las modas en el futuro. El propio McQueen era muy tosco y arriesgado en sus primeras colecciones, pero de aquellos lúgubres desfiles salieron grandes ideas para todas sus colecciones que terminaron teniendo un profundo calado en la calle y la industria textil. Os recuerdo que es el culpable de los pantalones de cintura bajísima que dejamos de utilizar ayer. Pienso que el dinero en abundancia es un enemigo de la imaginación y que como se sacan las mejores ideas es sin apenas medios.

Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a un concurso de jóvenes diseñadores locales. En este caso, cinco chicas. El premio en parte era metálico, y en parte consistía en presentarse al Who´s next que la revista Vogue organiza todos los años. Las cinco creadores-creativas, confeccionaron seis looks cada una. A simple vista estaban perfectamente cortados, cosidos, rematados, bordados en incluso plastificados. Me llamó mucho la atención que con cada salida veía algo que ya había visto, un déja vu continuo. Estaba la post-apocalíptica, la niña buena, la conceptual, la comercial y la naïf.

Esta nueva generación de creadores han crecido viendo las colecciones en directo en internet y al igual que la mayoría de nosotros esperan el shock y pretenden epatar, en parte para llamar la atención y en parte para diferenciarse del resto. Vi en las cinco propuestas un enorme esfuerzo de confección, cosa que brilla por su ausencia en algunos desfiles de diseñadores veteranos, también vi cinco chicas que sabían lo que querían contar, aunque otros ya lo hubieran contado por ellas en el pasado, y vi la ilusión en sus caras. Lo que no vi fue imaginación, ni locura creativa. Cuando hablo de locura creativa no hablo de mezclar plástico con crêppe, ni cuero con encaje ni mucho menos de tapar la cara a las sufridas modelos, recurso usado hasta la náusea, si no de intentar rediseñar una camisa blanca o de crear un traje con una chaqueta, una falda o un pantalón que no sea una copia de uno de Chanel.

Las comparaciones con los creadores del pasado son inevitables, y sé que McQueen bebía de Dior de Fath y de Mugler pero consiguió tener un discurso propio, un universo personal con el que la industria, la prensa y el público se sintieron identificados en vida y consiguió que su firma siguiera tras su muerte no sólo viva, si no que se haya convertido en una casa de renombre mundialmente reconocida y rentable. La imaginación de McQueen era oscura, gótica y en algunos momentos aterradora. Otros, como Valentino Garavani, el genial diseñador de Costura italiano o Gianni Versace, para no ponerme pesado con McQueen, también innovaron pero desde la sutileza y la imaginación, sin recursos ya vistos y lograron tener una carrera sólida e independiente de grandes holdings de lujo desarrollando un discurso propio y coherente desde el principio al fin de sus carreras, con altibajos y con muchas dificultades.

La industria exprime a sus talentos y los desecha en cuanto dejan de ser rentables, o molestos en algunos casos, les lleva por el camino de la locura y a otros les deja en la cuneta a la mínima oportunidad. Para muchos de ellos es muy goloso crecer bajo el paraguas de un gran Holding y despreocuparse de la parte económica y centrarse en la creativa con los medios fabulosos que un grande puede ofrecer a uno pequeño, pero como le dijo aquel diseñador que había fichado por un gran holding a otro que se mantenía independiente; “Mantente pequeño, sólo así podrás controlarlo todo”.

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