El enfant terrible de la moda, Marc Jacobs pisaba ayer el suelo de la pasarela de la Semana de la Moda de Nueva York y con él, su colección Primavera-Verano 2010, siempre tan esperada entre tantos desfiles.
Frente a los colores flúor que se vieron en la pasada edición destinada al Otoño-Invierno 2009/2010, Jacobs prefiere un verano en calma, continuista en buena medida de lo que estamos viendo para este invierno, donde gris y blancos buscan ser la clave.
Aquí no hay tanta tranquilidad y calma en el diseño, no hay que olvidar que hablamos del diseñador rebelde y que si no hubiese mezcla de colores o la opción de incluir más vivos como el burdeos, no sería Marc Jacobs.
Unido a esto, la opción de mezclar tantas prendas como sea posible se busca como moda, incorporando la lencería íntima al primer nivel y dejándola a vista de todos. Nada de ocultarla según Jacobs.
Junto a esto, la opción de los volantes llega a niveles exagerados. Con composiciones muy recargadas, con el halo romántico que tanto le gusta al neoyorquino. Volantes grandes y pequeños, mezclándose entre sí en minivestidos, vestidos largos o en camisas.
En los estampados hay cierta tendencia hacia los rombos, aunque más bien disimulándolos lo máximo posible. Ya sea en vestidos largos y minúsculos o jugando con ellos para marcar la forma del diseño.
Lo más clásico propuesto por Jacobs son los trenchs pero combinados de forma que cubran conjuntos completos de volantes y con minicinturones.
Los shorts buscan las medidas mínimas en azules pastel.
Y mientras los blazers se apoderan de todas las tendencias anteriores para reformularse de esta manera.
Fotos | WWD En Trendencias | Marc Jacobs Otoño-Invierno 2009/2010 en la Semana de la moda de Nueva York
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