Monique Lhuillier es una diseñadora prácticamente desconocida para todo aquel que no siga de cerca las red carpets. De hecho, su trazo más allá de los estrenos y fiestas de Hollywood, es prácticamente inexistente. Eso sin contar las bodas.
Monique no es ningún genio de la costura, no hace cosas maravillosas, ni originales, ni es innovadora, Monique hace ropa femenina y bonita, sin estridencias, sin florituras, sin más complicación que siluetas extremadamente sencillas y escuetas formas. Y eso no tiene porque ser malo. Para eso ya están otros más aventurados y talentosos.
Muy en la línea de diseñadores consagrados como Oscar de la Renta, Michael Kors o Carolina Herrera, Lhuillier, cuyos cuarteles generales estan en Los Angeles, nada entre lo conservador y lo clásico, y sus especialidad, aparte de los trajes de novia, son los vestidos de noche. Los gowns. Aunque también confecciona preciosos vestidos de cóctel.
Kristen Bell, Michelle Trachtenberg, e incluso Dita Von Teese, son algunas de sus fieles compradoras, y todas acudieron a la inauguración de su última tienda en Melrose Place en Octubre pasado. De su colección resort me quedo con los vestidos largos, el primero en particular, el amarillo con escote bañera, que seguro veremos en alguna celebrity en breve y que no me importaría nada tener en mi armario.
Este último sin embargo me ha recordado enormemente a dos modelos presentados por Fendi en su colección de verano 2008, está claro que los grandes como Lagerfeld son fuente de inspiración, pero espero, no de plagio.
Vía | WWD