Sabéis la importancia que tienen en Trendencias los diseñadores españoles, aún así, por mucho que nos empeñemos, Cibeles Madrid Fashion Week no es la cuarta pasarela más importante del mundo.
Londres tiene mayor repercusión internacional (aparece en Style.com, la biblia digital de la moda). De Londres salen grandes talentos para todo el mundo, y sus propuestas arriesgadas y rompedoras hacen que los ojos del mundo de la moda se fijen siempre en Londres. Las pasarelas de Cibeles y Londres coinciden en fechas, así que difícilmente los grandes gurús de la moda van a cambiar su cita con Londres por venir a Madrid.
Incluso ahora que Burberry, Matthew Williamson y Pringle of Scotland regresan para desfilar en Londres, se está hablando de que Anna Wintour debería hacer una parada en Londres. Cibeles corre el riesgo de no ser ni siquiera la quinta pasarela más importante. Tokio, Berlín, Los Ángeles, o Brasil pueden comerle la tostada.
Los diseñadores españoles se ven obligados a salir fuera de nuestras fronteras si quieren cierta publicidad de los medios (Davidelfín y Custo Barcelona en Nueva York, Agatha Ruiz de la Prada en Milán).
Por otro lado, hay moda española que triunfa en el mundo, como es el caso de Mango, Zara, las colecciones nupciales (España es número uno mundial en colecciones de novia) o los zapatos de gran calidad que se fabrican en Alicante y Baleares. Paradójico, ¿no?.
Lo que queremos debatir hoy es: ¿Qué falla en la moda española?. Me gustaría conocer vuestra opinión a través de una encuesta y de vuestros comentarios.
¿Falta talento? Hay diseñadores muy buenos en España y que hacen cosas muy interesantes, pero la mayoría sigue sin hacerse con un nombre a nivel internacional (y muchos, tampoco a nivel nacional).
¿Falta producción y distribución? En Pasarela Cibeles he visto cosas muy bonitas que me gustaría comprar, pero la producción es a pequeña escala y resulta realmente difícil encontrar dichas prendas en las tiendas. Y teniendo el ejemplo de Zara, líder mundial en producción y distribución de moda, cuyo caso se estudia en las escuelas de negocios, es bastante contradictorio que no haya una buena estructura de industria en el país.
¿Falta marketing? ¿Nos sabemos vender mal? Este es un defecto habitual de los españoles, no solamente en el mundo de la moda.
¿Falta cultura de moda en España? Es España somos muy conservadores vistiendo. Una mujer difícilmente gastaría 3.000 euros en un diseño español, aunque sí lo haga con un diseño italiano o francés. Para una inmensa mayoría de españolas, vestir bien o ir a la moda es comprarse un conjunto de Carolina Herrera y un bolso de Tous (marca española que, por cierto, triunfa en todo el mundo).
¿Falta apoyo financiero? Actualmente existen subvenciones para la celebración de Cibeles, y algunos diseñadores se están empezando a unir a grupos de capital riesgo para mejorar infraestructuras.
¿Falta riesgo e innovación en los diseños? Hay diseñadores que se limitan a hacer vestidos de noche o trajes de chaqueta y falda porque saben que es lo único que venden a sus clientas habituales. Otros hacen temas más de vanguardia, quizá demasiado, y sus creaciones difícilmente se venderían entre el gran público.
¿Falta apoyo en los medios de comunicación y en las tiendas? En Trendencias aportamos nuestro pequeño granito de arena, pero cuando se habla de Cibeles en la televisión es para abrir el enésimo debate sobre el peso de las modelos, por algún tipo de escándalo o curiosidad (como la irrupción del PETA o que las modelos se descalzan por llevar tacones imposibles) o para mencionar las famosas que han ido al evento.
Vogue España tampoco le dedica mucha atención a la moda española, y en los enormes especiales de las colecciones se mencionan las marcas españolas sobre todo por el patrocinio de L’Oreal (se habla más de maquillaje que de ropa). Por eso son dignas de elogio las iniciativas como las de Elle España, que en el número de junio hablan de varios diseñadores españoles.
Por su parte, en las tiendas multimarca tampoco quieren arriesgarse a comprar marcas que la gente no conoce. Y la gente, como no las conoce, no las quiere comprar. Es la pescadilla que se muerde la cola.
En fin, espero no haberme enrollado mucho y que estas reflexiones sirvan como punto de inicio del debate.