Madelaine Vionnet no tiene tanto nombre como mademoiselle Coco pero su legado en el mundo de la moda es tan imprescindible y determinante como el de la dama de negro: de minuciosidad matemática en sus cortes y amante de la geometría, Vionnet, la inventora del corte al bies, fue la costurera más importante de principios de siglo.
A ello le debemos la supresión del corsé y el arte de los drapeados y el estilo greco-romano, pero su sello no solamente se traduce en términos de moda, sino de ley: su empresa fue una de las primeras en ofrecer vacaciones pagadas a sus trabajadoras y permisos por enfermedad. Su maestría y capacidad de visionado no se reducían a su anatómico patronaje y a la perfección de su confección, sino que al igual que Coco, Madelaine fue una mujer adelantada a su tiempo que encontró en la moda la manera de expresar ese privilegiado pensamiento.
Éste ha sido sin duda el año de las vueltas de grandes mitos (Halston u Ossie Clark), y parece que Vionnet no podía quedarse atrás. Y es que si bien en 2006 ya hubo un amago de vuelta, con Sophia Kokosalaki al frente, fracasó.
El encargado de su regreso en forma de Crucero 2010 es Rodolfo Paglialunga, asistente durante 13 años de Miuccia Prada y que se unió a la firma en marzo para diseñar la colección de primavera-verano que se presentará durante la próxima semana de la moda de París.
De la parte financiera se ocupa sin embargo Mateo Marzotto, ex-presidente de Valentino (que se hizo con los derechos de la marca el pasado febrero).
Desde los grandes clásicos y maestros de la aguja, hasta Marchesa pasando por Kate Moss, todos se han inspirado fuertemente en Vionnet, y contando que sus diseños originales eran así, ¿qué os parece este aperitivo?
¿Promete o se queda en pobre homenaje que nada tiene que ver con el espíritu de Madelaine?
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