Los diseñadores lo mismo se inspiran en décadas pasadas, como los años 40 y su elegancia y sobriedad, o en los años 70, con su estilo hippie y casual, sus vaqueros anchos y su inspiración folk, que se imaginan cómo vestiremos en el futuro y crean trajes con formas extrañas y telas que utilizan las últimas tecnologías.
Realmente, no es un estilo que se pueda llevar fácilmente a la calle, por lo llamativo que es y por la incomodidad que supone moverse con estos trajes. Salvo alguna excepción como la cantante Beyoncé, que llevó un traje de Gareth Pugh encima del escenario de los premios MTV Europa, pocas son las que son capaces de vestir con este estilo tan innovador.
Aunque no nos imaginemos a nosotras con estos vestidos puestos, sí son válidos como ejercicio artístico, y por qué no, quizás así nos vayamos acostumbrando para cuando la moda futurista sea la moda presente. Los diseñadores que más se están inspirando en el futuro para sus creaciones son los que desfilan en Londres, que para algo tienen fama de ser los que más arriesgan: Giles, Gareth Pugh, Louise Goldin, Christopher Kane, Marios Schwab, etc.
Sin embargo, en Paris también se atreven a hacer de videntes del futuro y existen diseñadores que no se duermen en los laureles y siguen experimentando con nuevas telas, con nuevos cortes y con formas innovadoras y rompedoras, como Marc Jacobs para Louis Vuitton, Maison Martin Margiela o Nicolas Ghesquière para Balenciaga.
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