La nueva imagen de Louis Vuitton, al margen de lo que están haciendo con Madonna, donde cada vez parece más un espectáculo de circo que de moda, se centra en el homenaje a la obra de Stephen Sprouse, diseñador y artista pionero en los años 80 pero que murió en 2004 a los 50 años tras un cáncer de laringe.
De ahí que a Marc Jacobs le hayamos visto hacer el ganso en Harper’s Bazaar con todo el cuerpo decorado al estilo de Sprouse, mezclando los toques punk y el pop propio de su filosofía. Para la tienda de Louis Vuitton que tienen en el SoHo neoyorquino se ha cambiado todo el decorado, ahora centrado en la obra de Sprouse.
Y la tercera fiesta en honor del artista neoyorquino enseñó cómo el estilo de finales de los 70’s y principios de los 80’s sigue inspirando a propios y a extraños. Como gran invitada: Deborah Harry (Blondie) quien volvió a subirse al escenario con unos colores (negro y fucsia) que dominan la nueva línea de LV y que ella ya lució en su momento.
Entre los asistentes al evento dos caras importantes y centrales de la moda actual. El jefe, el showman: Marc Jacobs, de nuevo con falda masculina, intentando sentar una moda que a casi nadie convence pero que a él le sienta bien, siempre de negro y con su aspecto desaliñado pero de curtido hombre de gimnasio. El homenaje a Sprouse se lo dio también al elegir unas medias con las mismas letras que adornaban todo el local.
Junto a él, Anna Sui, otra de las diseñadoras tocadas con la varita mágica del acierto aunque no fuese precisamente bien para la ocasión, con un abrigo de piel, bufanda y vestido negros.
Aunque si yo tuviese que quedarme con alguien esa sería Chanel Iman. Es una de mis modelos actuales favoritas, tiene porte y mucha soltura para llevar cualquier cosa. Con un mini vestido blanco y una mini chaqueta de cuero iba perfecta, incluso eligiendo peinado y los zapatos de tacón de charol negro.
Cecil Cassel (hermana del actor francés Vincent Cassel) también fue imponente, con un top palabra de honor azul eléctrico y un bombín.
Otra de las diseñadoras que se dejaron caer por la fiesta fue Donna Karan con una pashmina azul preciosa, botas de caña alta, un abrigo en forma de capa y un top holgado. Muy guapa la neoyorquina.
Y ya por último, Arlenis Sosa, también espectacular con un escote en V y un vestido negro adornado por un gran cinturón en el mismo color.
Aunque podríamos cerrar con Erin Wasson... ¿algún comentario para esta foto y su look?
Un evento con la crème de la crème.
Fotos | WWD
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